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Un equipo sólido y potente

La Razón
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El Gobierno que celosamente ha guardado Mariano Rajoy hasta el último minuto tiene hechuras sólidas y reúne a auténticos pesos pesados de la política, con larga experiencia en la gestión y una solvente formación intelectual y profesional. Un equipo, en suma, potente y bien ahormado que satisface tanto a las distintas sensibilidades del PP como al equilibrio territorial, aspectos nunca desdeñables, aunque lo primordial sea la competencia de cada uno de sus miembros. Empezando por su número dos, Soraya Sáenz de Santamaría, que acumula los principales resortes de poder: única Vicepresidencia, ministra de Presidencia y portavoz. Es decir, será la factótum del Gobierno y su coordinadora indiscutible. Como estaba previsto, el presidente ha optado por reducir el número de carteras a trece, dos menos que Zapatero, como consecuencia de la fusión de varios ministerios, entre ellos Educación y Cultura, y Hacienda y Administraciones Públicas. Como es natural, Rajoy se ha rodeado de colaboradores de probada y dilatada fidelidad; de hecho, tres ministros ya lo fueron con Aznar, dos de ellos incluso en cometido muy similar: Montoro y Arias Cañete. Pero también ha dado paso a valores emergentes, como es el caso de Fátima Báñez, y ha recurrido a expertos independientes, como el sociólogo José Ignacio Wert, cuya adscripción liberal no pasa desapercibida si se tiene en cuenta que uno de sus cometidos más importantes será la reforma de la enseñanza. En cuanto al «secreto» mejor guardado de Rajoy, su equipo económico, en realidad no ha deparado sospresas. Pivotará sobre Luis de Guindos, un especialista de reconocido prestigio internacional y gran conocedor del sector financiero, y sobre Cristóbal Montoro, el infatigable escolta de Rajoy en las cuestiones económicas que tendrá que lidiar con la financiación y el déficit autonómico, de ahí que se hayan unido Hacienda y Administraciones Públicas. Los demás ministerios de significación económica también estarán en manos de acreditados «marianistas»: Pastor, Arias Cañete, Soria y Báñez. Ni siquiera Defensa, con la elección del experimentado gestor que es Pedro Morenés, se ha librado del tinte económico que lo impregna todo. Es evidente que, en este terreno, Rajoy no quiere riesgos ni experimentos, sino ministros previsibles y de probada competencia. Por lo demás, tiene especial interés el desembarco de tres grandes pesos pesados del PP, auténticas referencias en sus ámbitos: el veterano europeísta García Margallo para Exteriores, el catalán Fernández Díaz para Interior y el alcalde madrileño Ruiz-Gallardón para Justicia. Tres piezas básicas que habrán de lidiar, respectivamente, con Bruselas, la disolución de ETA y la reforma judicial y del Tribunal Constitucional. Rajoy se ha rodeado de un equipo curtido en cien batallas y de fuerte personalidad. Justo lo que necesita España en esta difícil encrucijada.