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La fusión de Banco Base naufraga

Las tres cajas creen que los 2.784 millones que debían pedir al FROB para la fusión eran excesivos.

El presidente y el director general de Caja Cantabria, Enrique Ambrosio Orizaola (d) y Javier Eraso
El presidente y el director general de Caja Cantabria, Enrique Ambrosio Orizaola (d) y Javier Erasolarazon

El virus de la desconfianza inoculado hace semanas en el Sistema Integral de Protección (SIP), o fusión fría, que conformaban Cajastur, Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Caja Extremadura y Caja Cantabria ha prendido con fuerza y ha finiquitado el proyecto antes de su propio nacimiento. Como el Banco de España se temía, los tres socios de la entidad alicantina dijeron «no» a seguir adelante con el proceso de integración, por lo que Banco Base, la entidad en la que debían segregar sus respectivos activos y pasivos de negocio bancario, y que estaba llamada a ser la tercera mayor entidad de su segmento, no será una realidad en su formato actual.


Votos en contra
En realidad, no sucedió nada que no se esperase después de que el SIP duplicase el lunes, hasta los 2.784 millones de euros, la cantidad que iba a pedir al FROB para su integración y necesaria recapitalización. En principio, el Banco de España había fijado ese requerimiento en 1.447 millones. Sin embargo, el lunes, el consejo de administración de Banco Base decidió incrementar su petición de ayuda pública hasta los 2.784 millones ante el temor de que la CAM no pudiese aprobar las pruebas de resistencia que se harán a la banca en Europa por el deterioro que sufrieron sus cuentas en 2010. Y eso lo cambió todo. Con este nuevo requerimiento, el Estado pasaría a controlar el 43% del nuevo banco, mientras que Cajastur, que aspiraba a pilotar el proceso, vería diluido su peso del 40% al 22,8%, igual que la CAM. Ambas circunstancias, como ayer reconocieron fuentes de las cajas implicadas, han hecho saltar el proyecto por los aires.

Aunque sólo era necesario el voto en contra de una de las cuatro entidades para que el SIP se rompiese en virtud de una claúsula de salvaguarda incluida en su constitución, fueron tres las que lo rechazaron a última hora de la tarde. Sólo la CAM votó a favor de seguir adelante. Lo hizo a media mañana, con una defensa de su actuación que destilaba malestar con sus hasta ayer socios. Tanto Modesto Crespo, presidente de la caja, como María Dolores Amorós, su consejera delegada, defendieron la actuación de la entidad y su solvencia. El primero aseguró que «no compartía» la necesidad de capital de 2.784 millones de euros que hizo el Banco Base pero que lo apoyó para no crear «disensiones entre los socios». La segunda aseguró que es «absolutamente falso que haya habido alguna sorpresa o cambio» en los datos aportados por la CAM. Lo que ha cambiado, aseguró, es el escenario financiero y las exigencias de capital del Banco de España.

El supervisor exigió ayer a las cuatro entidades, que ahora deben empezar de cero su andadura en el proceso de reestructuración, que le remitan de forma «inmediata» las estrategias que van a seguir, toda vez que la hoja de ruta para Banco Base queda sin efecto. Según fuentes financieras, el Banco de España habría contactado con las principales entidades españolas –Santander, La Caixa y BBVA– para buscar una salida a la CAM, que podría ser intervenida si fuese necesario. La propia caja reconoció ayer que tiene un «plan b» que podría incluir la mediación del supervisor financiero.


Nuevo movimiento
De momento, y tras la decisión de Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria, la CAM ha convocado un consejo de administración para analizar «nuevas posibilidades» de asociación con otras entidades o de captación de recursos para cumplir con los requisitos del Banco de España.
La entidad, en un comunicado difundido tras conocer la decisión de las otras tres cajas, aseguró que seguirá adelante con Banco Base y sostuvo que, desde el principio, «ha apostado por la viabilidad de esta integración, actuando con transparencia y lealtad».


Acciones legales
Tras la ruptura de ayer, CAM analiza la posibilidad de acciones legales, ya que sus letrados defienden, en consonancia con otros abogados consultados por Efe, que «teóricamente» el proyecto de podría seguir adelante. Se abriría así una batalla jurídica sobre los términos de la constitución de Banco Base, ya que la «cláusula de excepción/suspensión» –aprobada por los consejos de administración de Cajastur, CAM y las cajas de Extremadura y Cantabria y que contempla su posible disolución– no pasó por las asambleas de estas entidades.



ANÁLISIS
Un incierto horizonte
- ¿Qué ocurre ahora tras lo sucedido ayer?

– Que cada una de las cajas implicadas en el proyecto debe empezar de cero con su proceso de reestructuración.
 
- ¿Hay posibilidades de una fusión sin la CAM?
– Sí. Ayer mismo, consejeros de Cajastur se mostraron seguros de que hay entidades dispuestas a reemplazar a la CAM porque, por sí solas, las tres entidades que quedarían en un nuevo proyecto no tienen el volumen de activos suficiente para asegurar su supervivencia. Unnim, por ejemplo, busca socio.

- ¿Y qué pasa con la caja alicantina?
– Es la que afronta la situación más delicada. El Banco de España busca una solución a contra rejol y ha contactado con las grandes entidades españolas para buscar soluciones pues su viabilidad en solitario se antoja muy complicada. Tampoco se descarta la intervención.

- ¿Tiene otros efectos la ruptura de esta alianza?
– Puede dañar la credibilidad de España en los mercados por su imposibilidad de cerrar la reestructuración en los términos que se habían anunciado.