Brasil se toma la revancha

Hace un par de años la crisis también estallaba por motivos parecidos. Muchos españoles llegaban a Bahía con bermudas y las chanclas puestas y se quedaban con cara de piedra, al ver como los brasileños les devolvían directos a casa porque no tenían noche de hotel reservada.

La guerra de deportaciones duró algunas semanas. Los diplomáticos de ambos países se reunieron y repentinamente las puertas se abrieron. Lo curioso de todo esto es que no se modificó norma alguna es decir, que ambos países tienen los mismos requisitos de entrada pero supuestamente se hace la vista gorda al tratarse de un país "simpático"como Brasil.

No es una novedad. Es por todos conocidos que muchos países gozan de prioridades. En el caso de Argentina, no requieren visa oficialmente hablando, pero si comprobación de medios económicos, reserva pagada de hospedaje, carta de invitación certificada por notario y billete de vuelta es decir, un "quilombo"bárbaro. Pero la realidad es que a la mayoría de los argentinos no se les pide nada para entrar en España. Con los uruguayos y chilenos pasa lo mismo, y parece que con Brasil también.

Sin embargo, a veces la delgada línea se rompe y Brasil, un país que en la última década ha recuperado su orgullo nacional, no tolera desplantes de ese tipo. No es desconocido que muchos españoles están viajando en masa al gigante sudamericano, no solo por turismo sino también alentados por las oportunidades de trabajo.

Ahora las cosas cambiaron y como dice el refrán: la venganza es un plato que se sirve frío. Los brasileños crecieron hasta superarnos y ahora pueden permitirse el lujo de "reír últimos".