Sevilla
Carlos Bourrellier asume el mando tras la dimisión de Arenas
El Arzobispado, en un comunicado, acepta la «dimisión irrevocable» del presidente tras el boicot de Penitencia
SEVILLA- El Arzobispado hizo ayer historia en la Semana Santa de Sevilla tras aceptar la dimisión «irrevocable» del ya ex presidente del Consejo, Adolfo Arenas. Lo hizo en un comunicado enviado a los medios de comunicación cinco minutos antes del rezo del Ángelus. Con la aceptación de Asenjo a la renuncia del ex hermano mayor de la Hiniesta se pone de manifiesto la incapacidad de Palacio para solucionar una situación inédita en el mundo de las cofradías, después de que tres consejeros de la sección de Penitencia, descontentos con el resultado de la elección de Francisco Javier Segura como pregonero de 2012, anunciaron que filtrarían a la prensa el proceso y los detalles de la organización Via Crucis de Cuaresma. Todo lo contrario, se ha apostado por mantener a los representantes de las hermandades sin atajar un problema de democracia y filtraciones en el Consejo desde hace varios años. Así, insta a los miembros de la institución a «que pongan todo su empeño en el cumplimiento de los fines que tiene encomendada esta institución de la Iglesia en Sevilla».
Tras la salida de Arenas de la Junta Superior, el cargo de presidente recaerá ahora en Carlos Bourrellier, que hasta ahora ha sido vicepresidente y mano derecha del ex presidente durante la pasada legislatura y los primeros meses de ésta. Se trata de un cambio de cara pero no de principios, ya que la tónica a seguir durante los próximos meses será la misma que hasta ahora. Fuentes cercanas al nuevo presidente manifiestan que el cargo no se trata de un plato de buen gusto para Bourrellier, ya que la situación generada durante el pasado fin de semana ha puesto patas arriba la concordia existente en el Consejo. Además, señalan que el ambiente está enrarecido, lo cuál no es lo más apropiado para los próximos retos del Consejo, como son la aprobación de los nuevos estatutos y la organización del Via Crucis. Ésta será una de las pautas con la que tendrá que lidiar la nueva Junta Superior hasta que se estabilice la situación con la aplicación de las nuevas normas. Carlos Bourrellier es una persona de amplia trayectoria cofradiera en la ciudad y ha sido hermano mayor del Buen Fin, siendo el responsable del proceso de coronación canónica de la Virgen de la Palma y de impulsar el Centro de Estimulación Precoz.
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