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El reto de Romney

Pese a liderar las encuestas debe convencer al Partido Republicano de ser el candidato contra Obama

El reto de Romney
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MANCHESTER (NEW HAMPSHIRE)- No hay nada como estar en el momento adecuado en el sitio correcto. Pero quizá para el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney no es suficiente. Va por delante en las encuestas, ha conseguido el apoyo del ex candidato republicano John McCain y del gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, el favorito que el «establishment» del Partido Republicano quería como contendiente. También tiene el respaldo de cinco ex embajadores ante la Santa Sede y de los grandes periódicos. Pero todavía tiene un gran reto: convencer al electorado y a su propia agrupación política de que es el hombre adecuado.

El vecino del pueblo de Kenne Rick Kraemer, de 51 años, explica que «estoy registrado como votante independiente. Y todavía no sé qué hacer porque no he visto a nadie que me haya impresionado. Para mí, lo más importante es la economía. Pero aún estoy buscando a alguien que quiera cambiar las cosas de verdad más que encontrar un buen trabajo», en referencia a los beneficios de sentarse en el Despacho Oval de la Casa Blanca.

El profesor de la Universidad de New Hampshire Andrew Smith explica que «creo que Romney se hará con la nominación a pesar de que no termina de convencer a nadie». ¿Por qué? Sus credenciales como hombre de negocios deberían bastar. Pero el último informe del Departamento de Trabajo con la cifra de paro en el 8,5% se ha puesto en contra de los candidatos republicanos. Es la más baja en los últimos tres años y hay muchos indicadores que hacen pensar que vaya a descender en los próximos meses.

Si la historia sirve de guía, y nos fijamos en el caso de Ronald Reagan, Obama podría renovar su mandato, siempre y cuando, las cifras de desempleo se reduzcan. En 1982, la economía se encontró en su último mes de una profunda depresión, con una tasa de paro del 10,8%. Un año después, las cifras de paro bajaron al 8,5%. Y en noviembre de 1984, año de elecciones, todavía los datos eran altos: 7,2%. Pero estaba claro que el país estaba en el inequívoco camino a la recuperación. Y el líder conservador ganó las elecciones.

Ed Barry, de Kenne, admite que «uno de los grandes problemas de Romney es que cambia demasiado de opinión». Por ejemplo, en el asunto de los derechos de los gays ha explicado que «estoy en contra del matrimonio homosexual. Tampoco me gusta que se permita servir en el Ejército de forma abierta a los gays, aunque no tengo previsto cambiar la ley que les ampara a hacerlo». Respecto al aborto, se opone al derecho a la interrupción del embarazo, el cual respaldó antes de convertirse en gobernador del estado de Massachusetts, bastión demócrata. Pero admite que «ahora he cambiado de opinión». Barry cree «que los republicanos tienen que ir hacia la derecha dentro de la elección interna de su partido. Y después para las generales moverse hacia el centro. Y eso perjudica a Romney».

Tras New Hampshire, Romney se enfrentará al gran desafío de Carolina del Sur. El experto en estudios electorales John Zogby advierte sobre este complicado estado, formado por votantes que se han trasladado del norte y medioeste y universitarios. También, personas del oeste, la montaña y electorado muy conservador. Es decir, evangélicos, libertarios y republicanos clásicos. «Vamos a decir que Romney puede ser competente en la parte este del estado. Pero tenemos el resurgimiento de Newt Gingrich, que quiere con todas sus fuerzas ganar a Romney. También a Rick Santorum y a Rick Perry. Ron Paul tiene aceptación entre los universitarios, pero también entre la gente del oeste que odia el Gobierno», asegura Zogby.

Así las cosas, el experto prefiere esperar a los resultados de esta noche. Después será cuestión de ver si Romney sabe aprovechar el impulso, que supuestamente le va a dar la victoria de New Hampshire, y aguantar el largo y complicado camino en las primarias.

Todo esto, sin olvidar su religión. ¿Estaría EE UU preparado para un primer presidente mormón después de cuatro años de primer líder afroamericano? El demócrata Bob Grenne admite que cree que «es un problema, aunque nadie quiere admitirlo. Es en parte porque no sabemos muy bien qué es ser mormón. Y parte de su creencia reside en que cuando Jesucristo resucitó se trasladó al estado de Utah». Y, quizá, todo esto puede ser demasiado para los estadounidenses.