Manifestaciones violentas
«Vamos a matarlos si vamos todos podemos»
Los radicales amenazaron a los hijos de los agentes
MADRID- El atestado policial elaborado tras los incidentes de la noche del 25-S recoge los diferentes insultos, amenazas y agresiones que sufrió la Policía y cómo se sucedieron los hechos y se propició la respuesta policial. A las 23:20 los agentes observan cómo un individuo que viste una bufanda con la que trata de cubrirse la cara para no ser identificado se aproxima al cordón policial que protegía la Cámara Baja y comienza a gritar a los agentes:«Sois unos hijos de la gran puta. Me cago en toda vuestra puta madre. Muertos de hambre». Después de amenazar a los agentes con que matarán a sus hijos continuó:«Me daría vergüenza ser antidisturbio y tener que defender a los delincuentes hijos de puta que están en el Congreso. Sois unos fascistas como todos ellos». El repertorio de insultos duró veinte minutos mientras el individuo era ovacionado con aplausos al finalizar cada insulto.
A la misma hora, en el Paseo de Recoletos, un furgón de la Policía es atacado por manifestantes. Cuando se disponen a detenerlos intentan agredir a los policías con una bandera. Otros dos agentes tratan de dar apoyo a sus compañeros que están siendo golpeados. Cuando intentan reducirles muestran una gran resistencia a la vez que comienzan a arengar a la masa y verter insultos contra ellos:«Torturadores, hijos de puta. Ayudadme, grabad esto», clamaban con el fin de incitar a los protestantes a impedir la detención. Ante esto, se presentaron una veintena de individuos con la intención de coaccionar a los agentes con frases como«hijos de puta, soltadles, cabrones».
Los improperios dedicados a los agentes se repitieron en numerosos puntos donde estaban los furgones policiales y el cordón de seguridad. En el Paseo del Prado esquina con la Plaza de las Cortes varios individuos comenzaron a subirse a las vallas que protegían el Congreso a la vez que alentaban a la masa al grito de «¡vamos a tomar el Congreso! ¡Ahí están los ladrones!». Entonces se interpuso un grupo operativo de la Unidad de Intervención Policial (UIP) entre las vallas que ya habían sido derribadas, y los manifestantes que trataban de rebasar el cordón policial que protegía el Congreso. En ese momento se produce el lanzamiento de piedras, pilas de gran tamaño, latas de bebida sin abrir y botellas de cristal contra los agentes. Los radicales que se encuentran más cerca de los agentes les dan numerosas patadas y puñetazos.
Los manifestantes continúan calentando el ambiente contra los policías que protegen la Cámara Baja: «Vamos a por ellos que son unos hijos de puta. No son más que pistoleros a sueldo. Vamos a matarles que son unos cerdos; si vamos todos podemos». Otro de los manifestantes trata sin éxito de rebasar el cordón policial. Cuando los agentes se lo impiden les grita:«Soy un ciudadano libre y paso por donde me sale de los cojones». Otras dos personas, también tratan de rebasar el perímetro y al no conseguirlo espetan a los agentes: «Hijos de puta, de aquí no me echáis, la calle es mía».
Los radicales, además, arrojaron canicas contra los caballos de la Policía con el fin de que éstos resbalaran. Entre los objetos curiosos que los agentes requisaron a los manifestantes se encuentra un palo de madera de unos 25 cm de largo y de unos 2 cm de grosor con la cabeza de un caballo de peluche en su extremo, un retrovisor de coche, una señal metálica de un parking, trozos de adoquines y hasta una chirimoya.
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