Mascotas
Conan un perro con dos caras
Conan tiene un año y tres meses, pero sólo lleva un mes con su nueva familia. Una casualidad propició el encuentro y Conan ya es uno más del clan.
Todo se forjó cuando dos vecinas llamaron a la puerta de Esther para ofrecerle dos cachorros y ella, al ver a Conan, una mezcla de Haskey y pastor belga, lo adoptó. «Cuando fui a recogerlo me llamó la atención su gran pelaje blanco y sus ojos, uno de cada color; ahí me enamoró», relató Esther.
Conan se ha adaptado muy bien y muy rápido a su nueva familia pero como buen perro guardián «ladra cuando ve gente extraña». Esto no quiere decir que sea un animal agresivo, todo lo contrario. Su otra cara, de puertas a dentro, es totalmente distinta: «Es cierto que tiene dos caras, porque también es muy cariñoso», explica su nueva dueña.
Este Haskey, a pesar de tener varios juguetes, prefiere el contacto emocional y jugar con Esther: «Le encanta que le mimen». Tal es así, que cuando la gente lo ve «se impresiona porque parece un lobo», pero cuando logra coger confianza con las visitas «siempre se las gana con su dulzura».
A Conan le encanta el pienso, y lo prefiere antes que cualquier golosina o comida casera. Es un perro muy tradicional y un gran amigo de Esther.
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