Carta a San Isidro

Querido San Isidro, permíteme que te envíe esta misiva, aunque sea con un día de retraso. Quiero aprovechar la ocasión para pedirte que extiendas tu manto protector al conjunto de la actividad agraria, para que mejore la situación de los agricultores y ganaderos. Me gustaría que iluminases a la ministra del ramo y a su equipo, a los que veo un tanto despistados, para que aprendan a separar el grano de la paja, y se aprendan con rapidez, porque el tiempo apremia, cuál es lo importante y cuál es lo accesorio. Así, por ejemplo, quiero que ilumines a Rosa Aguilar para que se entere de una vez por todas de que la gran batalla que debe dar en Bruselas es la reforma de la PAC y las nuevas perspectivas financieras para el periodo 2014-2020. De ese doble proceso negociador dependerá la cantidad de dinero que llegará al bolsillo de los agricultores y ganaderos españoles a lo largo de esos siete años.

San Isidro, también me gustaría que ilumines a los consejeros de Agricultura que formarán parte de los gobiernos que salgan de las próximas elecciones autonómicas. Urge que se pongan al día cuanto antes y que, en colaboración con el sector y con el Ministerio, se ocupen de diseñar y negociar la posición que debería defender la delegación española en Bruselas durante los próximos meses. Recuerda, San Isidro, que la gestión de la política agraria está transferida a las comunidades autónomas. Por último, me gustaría pedirte que ilumines al comisario Dacian Ciolos y a su segundo, el español José Manuel Silva, actual director general de Agricultura de la Comisión Europea, para que presenten unas propuestas de reforma de la PAC que sean sensatas. Sin embargo, permíteme que dude sobre tu capacidad para conseguir este último objetivo, porque eso sería un milagro de tal calibre que, creo, te rebasa.