Caso Malaya

Berlusconi se salva otra vez

La inmunidad que obtuvo en julio evitará que sea acusado de sobornar a un abogado para que mintiera a su favor

Berlusconi se salva otra vez
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Silvio Berlusconi va a burlar a la Justicia gracias al blindaje conseguido en julio en el Parlamento. Su inmunidad como primer ministro va a evitar que se siente en el banquillo de los acusados por haber sobornado al abogado inglés David Mills en 1997 para que mintiese y le salvase en un juicio.

Un tribunal de Milán ha sentenciado a Mills a 4 años y 6 meses de cárcel por ofrecer «falso testimonio» con el objetivo de que Berlusconi y Fininvest, el conglomerado empresarial de la familia de «Il Cavaliere», no fueran condenados por haber pagado comisiones a funcionarios del Ministerio de Finanzas para conseguir favores fiscales. La condena se conoció el pasado mes de febrero, pero el texto de la sentencia no fue hecho público hasta ayer.

El precio de la corrupción

Según el fallo del tribunal, el «precio de la corrupción» del letrado inglés fue de 600.000 dólares. A esta cantidad hay que sumar las 45.000 libras que Mills recibió por sus servicios como abogado y que constan en su declaración a Hacienda de 1996. Este dinero le llevó además a «distanciar» a Berlusconi de la red de paraísos fiscales tejida para evitar el pago de impuestos, manteniendo así «la propiedad de ingentes beneficios conseguidos ilícitamente». Una parte de ellos tenía «como destino» a los dos hijos mayores de «Il Cavaliere»: Marina y Piersilvio.

El primer ministro ha asegurado que comentará la sentencia en el Parlamento, aunque ya ha dejado caer cuál será su argumentación. «Diré lo que pienso sobre cierta magistratura», afirmó ayer, recuperando así la tesis de que es una víctima de la obsesiva persecución de las «togas rojas». «Se trata de una sentencia escandalosa. Esta oposición derrotada en el terreno de las cosas concretas se agarra a asuntos de este tipo».

El líder de la «oposición derrotada», Dario Franceschini, pidió a Silvio Berlusconi que renuncie a su inmunidad ante la Justicia y afronte al tribunal. En opinión de Franceschini, el blindaje «ha sido hecho a propósito para salvar» al primer ministro de las leyes a las que deben someterse «todos los italianos». «Es como si hubiera entrado en un tribunal y hubiese quitado el escrito que dice: "La ley es igual para todos"», subrayó.