Murcia

Bermejo ha vivido 38 días en el ático oficial tras dimitir como ministro

Bermejo ha vivido 38 días en el ático oficial tras dimitir como ministro
Bermejo ha vivido 38 días en el ático oficial tras dimitir como ministrolarazon

MADRID- Ya se ha mudado. Eso sí, se ha tomado su tiempo. Más de un mes -exactamente 38 días- ha tardado el ex ministro de Justicia Mariano Bermejo en abandonar el lujoso ático que ocupaba en la madrileña plaza de España, y que reformó por más de 250.000 euros. Por norma, cuando un ministro dimite debe dejar la vivienda oficial al día siguiente, pero en este caso no fue posible, ya que, según explicó el propio Bermejo a este periódico, «resulta muy difícil encontrar piso de alquiler en Madrid». El ahora diputado «raso» por Murcia no tuvo ningún inconveniente en comentar las informaciones que publica el semanario «Época» en su número de esta semana y confirmar que había estado viviendo en el ático hasta ayer mismo, pero eso ya se ha terminado. «Precisamente hoy (por ayer) he dejado de vivir en ese piso», comentó Bermejo. La semana pasada realizó la mudanza, pero no se había trasladado a su nuevo hogar porque «aún no tenía gas». Ahora, por fin, lo tiene todo listo. Así, dejará libre el ático por si el nuevo titular de Justicia, Francisco Caamaño, quiere hacer uso de él. Hay que recordar que el polémico ático se encuentra en un edificio de Patrimonio adscrito al Ministerio de Administraciones Públicas. Según explicaron ayer fuentes de este departamento, que desconocían si el diputado seguía ocupando esa vivienda, fue necesario autorizar un intercambio para que el entonces ministro de Justicia pudiese vivir ahí. Anteriormente, ya lo hizo la que fuera ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo. Polémica constante Resulta cuanto menos curioso que Bermejo abandone el lujoso ático justo el mismo día en que comienzan a aparecer las informaciones que le acusan de usar una vivienda oficial que debía haber abandonado al día siguiente de dimitir. Pero la polémica es una constante en la vida de este político. Y uno de sus peores momentos fue, sin duda, el día en que decidió reformar esta vivienda. Empezó con mal pie y 250.000 euros de despilfarro a sus espaldas. La reforma de la vivienda, de 220 metros cuadrados, innecesaria, según su anterior inquilina, mostraba lo que sería su trayectoria futura. En esa ocasión se salvó de la quema, pese a las críticas. La huelga de jueces y su cacería con Garzón fueron el detonante de su apurada dimisión.