Calderón quiere presentarse

Madrid- Ramón Calderón quiere presentarse a las elecciones a la presidencia del Real Madrid. No es nada nuevo, el ex dirigente lleva diciéndolo hace tiempo, exactamente desde que se dio cuenta de la «traición» de «sus» directivos (en mayor medida y sobre todo –siente– de Vicente Boluda y Amador Suárez), en los que había dejado la presidencia. Pensaba que además de llevar sosiego al club, trabajarían para limpiar su nombre, pero le han «dado la espalda». Se lo había dicho a unos pocos y, aunque al principio parecía producto de la rabia, ayer lo hizo extensible a más oídos al encontrarse con la Prensa en la presentación del Centenario de la Federación Española de Fútbol.Hace un mes que Calderón confirmó a este periódico que estaba pensando en presentarse, pero entonces lo veía muy lejano, le cabían dudas a la espera de cómo se iban desarrollando los acontecimientos. Sin embargo, una vez que las elecciones se podrían adelantar de julio a mayo o junio, su idea ha ido cobrando fuerza. Si es candidato podrá mantener un cara a cara con Florentino Pérez, que es lo que busca. Ésta es la única forma que –cavila– le queda para defenderse.Calderón considera que Florentino Pérez «ha utilizado a los medios de comunicación, con gran dominio, para desacreditarle», pero jamás «se ha decantado públicamente» al respecto de lo que a él se le acusa y quiere ver si él también apoya todo de lo que se le han culpado.Pero no sólo eso, Calderón se muestra seguro de sus posibilidades en los comicios. «Voy a ganarlas», afirma. Le han dado la espalda sus directivos, con dos salvedades: Pedro Trapote y Luis Guerrero. Pero cuenta con José Bernabéu, el director de Peñas recientemente destituido. Bernabéu es un hombre que aglutina a unos 400 socios compromisarios; a nivel electoral, mueve una masa de unos 4.000 socios. El aval no será un problema para él, ya que una vez que las cuentas que ha presentado durante su estancia en el club fueron de beneficios, mantiene la garantía avalística de entonces.Ramón Calderón se arrepintió a la media hora de haber dimitido, en cuanto vio los primeros movimientos de «su» junta directiva y que ya en aquel momento se desmarcaban de todo lo que habían «hecho juntos». En cuanto llegó a sus oídos que algunos de sus, hasta ese momento, directivos querían dar un golpe de timón, no convocar elecciones y mantener el mandato hasta 2010, decidió que había llegado el momento de presentarse a los futuros comicios.