El cardenal administrador apostólico de Toledo y Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, Antonio Cañizares, alertó ayer de que «si España pierde sus profundas raíces cristianas dejará de ser España». Tras confirmar la designación del nuevo arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, Cañizares se pronunció de este modo al contestar a preguntas de los medios sobre la visión que desde Roma se tiene de la Iglesia española. «Se ve con mucha preocupación, porque no se comprende cómo España, que tiene unas profundas raíces cristianas, se ve amenazada por una corriente de laicismo, que lo que pretende es que España no se sustente sobre esas raíces», argumentó. Respecto a la función que lleva desarrollando desde hace cuatro meses como Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Cañizares confirmó desarrollarla con «esperanza», ya que la labor que le ha encomendado el Santo Padre es constituir una nueva pastoral para renovar la liturgia, algo que Benedicto XVI quiere impulsar. También dijo sentir un «gran gozo y una gran alegría» por el nombramiento de Braulio Rodríguez como nuevo arzobispo de Toledo aunque confesó «como humanos que somos», sentir tristeza por tener que dejar esta Diócesis, aunque agregó que se trata de «una separación no de una ruptura», porque se siente muy unido a Toledo.