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Dos técnicos ratifican que la venta de suelo a Sando fue un proceso inusual

Los urbanistas admiten que nunca habían visto una cláusula de precio máximo en un concurso público de adjudicación.

La juez analiza la operación urbanística previa al traslado a Majarabique
La juez analiza la operación urbanística previa al traslado a Majarabiquelarazon

sevilla- La causa abierta por la presunta petición de comisiones en la Fundación Mercasevilla se complica aún más, después de que dos técnicos que trabajaron en la venta del suelo de las instalaciones a Sando –para su futuro traslado a Majarabique– declararan ayer ante la juez instructora que esta operación no siguió los procedimientos habituales. Según el acta de sus declaraciones, a la que tuvo acceso LA RAZÓN de Sevilla, la funcionaria de Urbanismo Victoria Bustamante y el consultor económico José Antonio Ripollés admitieron su participación en la elaboración de los pliegos de condiciones del concurso público sobre los terrenos y recalcaron que les pareció inusual la introducción de una cláusula fijando un precio máximo en la adjudicación. Ambos señalaron que los responsables en la redacción de esos pliegos de condiciones intervinieron el ex gerente de Mercasevilla Fernando Mellet y el abogado Jorge Piñero, vicesecretario «de hecho» de la entidad –este cargo es del secretario municipal–.Piñero es también vicedecano del Colegio de Abogados de Sevilla y debía declarar como testigo, pero la titular del juzgado de Instrucción 6, Mercedes Alaya, decidió anular su citación para estudiar su imputación en la causa junto a Mellet, su director adjunto, Daniel Ponce, la empleada Regla Pereira y el delegado provincial de Empleo, Antonio Rivas. La investigación judicial se centra ahora en la posible «adjudicación fraudulenta» a una filial de Sando –Sanma Desarrollos Urbanísticos– del derecho de compra sobre el terreno de Mercasevilla, a cuya fundación realizó la constructora donaciones por 246.000 euros.Ante la juez, los dos técnicos explicaron que su propuesta para la venta del suelo fue la organización de una subasta pública y recalcaron que «nunca» en sus dilatadas trayectorias profesionales se habían topado con una cláusula de «alza desproporcionada» del precio. Ambos reconocieron que hubieran priorizado la oferta de Noga, por ser más ventajosa.