Barcelona

El cine español recibe cuatro veces más ayudas que el teatro

El cine español recibe cuatro veces más ayudas que el teatro
El cine español recibe cuatro veces más ayudas que el teatrolarazon

Hay una expresión que, en español, define la situación: agravio comparativo. En 2008, el público de los teatros en Madrid y Barcelona creció. También sus ingresos: 6,55 millones de personas pasaron por la salas de ambas ciudades y pagaron 160,3 millones de euros. Aunque no hay datos exactos, es presumible que buena parte fueron a espectáculos españoles (la presencia extranjera es muy inferior: festivales y fenómenos aislados como el Circo del Sol). Si se tiene en cuenta que en 2005 (último año del que el Ministerio de Cultura ofrece datos), la recaudación teatral en toda España sumó 160,8 millones, los 160,3 de 2009 en Madrid y Barcelona invitan a pensar en una cifra nacional mayor. En el mismo periodo, 2008, el cine español logró 14,3 millones de espectadores, que dejaron 81,6 millones de euros en la taquilla. Frente a esta realidad, están las ayudas, un terreno en el que las artes escénicas son las claras perdedoras: el Fondo de Protección a la Cinematografía del ICAA (organismo dependiente del Ministerio de Cultura) subió de 66,6 a 85 millones de euros. El equivalente en el ministerio para los escenarios son las ayudas del Inaem: 19,5 millones de euros en 2008. De estos, el 44,5 % fueron lo que se conocen como concurso público anual: ayudas a compañías para giras, festivales, infraestructura, difusión, promoción en el extranjero, etc... El resto, nominativas (concedidas directamente a instituciones, asociaciones, teatros...). En 2009, las ayudas previstas (salvo ajustes) son de cerca de 20,2 millones de euros. «Tenemos que empezar a poner orden en el sector del cine y el teatro», reconoce el productor Enrique Salaberría. «Entre la amistad y la caja, ha de hacerse como con la mujer del César», añade. Otro veterano productor de la capital, Enrique Cornejo, coincide en que «el teatro es siempre el hermano pobre: le dan las migajas... y mal». Alejandro Colubi, también un conocido productor madrileño, señala que el modelo del cine consiste en ayudas a la producción y la distribución, al revés que en el teatro. «Los productores de cine, que tanto se quejan, no arriesgan ni un céntimo». Y denuncia que «muchas películas no llegan ni a estrenarse». En el caso del teatro, además, con la exhibición hay unos costes que se mantienen. Al final, lamenta el productor, «se hace el cine que quiere el ministro, según quién esté en la poltrona». El problema de fondo: «Los que mandan consideran al cine industria y al teatro artesanía».