Israel

El horror de Gaza

La Razón
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Es difícil que nadie que no haya vivido en Oriente Próximo entienda, en primer lugar, lo pequeño que es y, en segundo lugar, la inmensa capacidad de desestabilización que tiene sobre el resto de la región y en definitiva del mundo entero. Es imposible que nadie entienda el horror que es Gaza si no ha dormido allí por lo menos una vez. Sé de demasiados «expertos» en cuestiones de Oriente Medio que iban y volvían en el día, por muchas horas que pasaran en los controles de entrada y de salida.
Me viene a la cabeza la película «Paradise Now», que es verdaderamente un testimonio sobrecogedor de todo lo que apenas atisbo a insinuar. Gaza es un territorio yermo, agobiante y alienante de 340 kilómetros cuadrados, en el que viven cerca de un millón y medio de palestinos, donde el horror, la marginación, la pobreza, la desesperación, la falta de perspectivas, el odio, la violencia y el fanatismo campan a sus anchas. De hecho, las últimas son consecuencia de las primeras.
Allí, en Gaza, el grupo terrorista Hamas tiene todas las ventajas del mundo y encuentra el mejor caldo de cultivo para reclutar acólitos entre los desesperados y los rehenes del odio que engendra la más terrible violencia que ha provocado miles de víctimas inocentes. Hoy todos los comentarios de los analistas harán evaluaciones de los muertos, de las responsabilidades, harán crónicas del horror, que sin duda se ha vivido allí en las últimas horas y que, por buena que sea su intención, en poco o nada contribuirán a la paz.
Hay que lamentar la pérdida de tantas vidas humanas, hay que hacer lo necesario para que nada de esto vuelva a ocurrir, pero hay que dejar por escrito algunas consideraciones muy claras sobre lo que ocurre en Oriente Medio. Hamas es una organización terrorista –tanto para la Unión Europea como para Estados Unidos– que se escuda en la densidad de población de la franja y en los barrios más populosos para esconderse detrás de escudos humanos después de provocar e incendiar la región. A Hamas la muerte y el interminable círculo vicioso acción-reacción le vienen de perlas para su estrategia de odio y destrucción. Hamas siempre busca la muerte y el incendio de los ánimos, y desde luego, ha tenido el más rotundo éxito.
El combate contra el terrorismo no sólo es legítimo, sino necesario. Sin embargo, en estos momentos, habría que haber sido más hábil, más ponderado, más estratégico y menos táctico. ¿Pero qué se puede esperar de un Gobierno en funciones débil y en caída libre en las encuestas? Pues evidentemente un gravísimo y trágico error que tendrá consecuencias incalculables a corto y medio plazo. ¡Qué drama más terrible, la muerte sólo favorece a los enemigos de la paz!
Los cazas F-16 no son eficaces contra este tipo de terrorismo, las víctimas colaterales son numerosas y sólo contribuyen a incendiar los ánimos entre la población palestina y en el resto del mundo arabo-musulmán. No es con estas cosas tan delicadas con las que se deben dar los primeros pasos en unas inciertas elecciones, otra vez gravísimo y trágico error.
La solución no es sencilla, pero sí conocida, hay que establecer con carácter urgente un Estado Palestino viable, creíble, estable y democrático, que pueda desarrollarse y procurar paz, estabilidad, prosperidad y seguridad a sus habitantes. Esa, lo crean o no algunos, será, sin duda, el pago de una deuda con el pueblo palestino, pero será, además, la mejor garantía para la seguridad y la existencia del Estado de Israel. Hoy me embarga la tristeza y la congoja, no sé casi ni qué escribir, siempre me he considerado una persona equilibrada en este interminable drama. Hoy me puede la desesperación, la tristeza, y el luto.