Caso SGAE

El sastre de Camps desmentido por sus compañeros

El sastre de Camps desmentido por sus compañeros
El sastre de Camps desmentido por sus compañeroslarazon

Madrid- Los compañeros de José Tomás García, el sastre de Francisco Camps, han desmentido todas las acusaciones que el modisto hizo en una entrevista a «El País». El propio Tomás había asegurado que el empresario y ex diputado del PP Pablo Crespo «venía cada seis meses con un fajo de billetes de 500 euros y pagaba 30.000 o 35.000 euros», algo que los trabajadores se han apresurado a tachar de falso, como se desprende de un documento al que ha tenido acceso LA RAZÓN. Junto a esto, también aseguraba el sastre que «no participé en la confección de las facturas» falsas, que su «responsable era Javier Fernández» o que la empresa Orange pedía a «Forever Young que hiciese constar esos conceptos -telas para tapizar- en las facturas». Todo ello, desmentido por los compañeros, al igual que la demanda laboral que presentó y en la que aseguraba que «Javier García y Cándido hacían facturas falsas y las entregaban a contabilidad externa, es decir, a Raquel Vázquez», empleada que ha calificado sus acusaciones de falsas. Pero además, el documento incluye una carta que Eduardo Hinojosa, administrador de la tienda, que, tras despedirle,remitió al sastre por acercarse a los comercios. Sin embargo, pese a estar advertido, Hinojosa le recordaba que «en el día de ayer -13 de marzo- estuvo usted media hora en el portal de la tienda de Serrano 25, hablando con el portero y llamando por teléfono», provocando «malestar» entre los compañeros que estaban presentes, pidiéndole que no les «perjudicara con su presencia». Y aprovecha para recordar a Tomás que su letrado le remitió un texto en el que se quejaba de la «degradación de categoría» que sufrió y de que Hinojosa le «desautorizaba» ante sus compañeros», lo que le ha «provocado una grave depresión de la que estoy siendo tratado». En este punto, el administrador le acusa de haber ocultado al juez esa «grave depresión» que supuestamente padece, por lo que le avisaba de que podría tener «consecuencias jurídicas» y concluye pidiéndole que «diga la verdad».