Lenguaje

El sentido moral y la velocidad informativa están reñidos

La Razón
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MADRID- Hace falta tiempo, calma y espíritu reflexivo para tomar decisiones justas en situaciones que tengan un valor moral. Lo cual significa que, en la era de Facebook y Twitter, todo es más difícil y corremos el riesgo de equivocarnos, en términos estricamente éticos, porque la velocidad es enemiga del sentido moral, que necesita, por naturaleza, sus tiempos de discernimiento. Así lo aseguran los neurocirujanos del Brain and Creativity Institute de la University of Southern California, guiados por Antonio Damaso. Los investigadores han estudiado las emociones ligadas al sentido ético, examinando el miedo y el dolor, la admiración y la compasión y sostienen que las decisiones que están ligadas a este tipo de emociones son elaboradas lentamente. Los científicos han monitorizado la actividad cerebral de trece voluntarios, observando con técnicas de visualización neurológica las respuestas del cerebro en relación con relatos que se referían a historias de vida intensas, en condiciones de despertar emociones primarias. Así, han hallado que el tiempo de reacción del cerebro humano va desde los seis a los ocho segundos antes de elaborar uan respuesta completa a emociones profundas de admiración o sufrimiento. Pero a esta lentitud se añade una solidez y la longevidad de la respuestas. Los resultados de este estudio, que será publicado en la próxima edición online de «Proceedings of the National Academy of Sciences», indican que los tiempos de la comunicación digital no siempre respetan los tiempos humanos y que, en el caso de acciones y reacciones con implicaciones éticas, el coste emotivo de la vorágine de información que sufrimos –especialmente en un cerebro que todavía se está formando– es excesivo en la era de las redes sociales.