Lucha contra el desempleo

Falsas esperanzas

La Razón
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Los datos laborales de abril permiten lecturas a gusto de cada uno. Un gusto amargo en cualquier caso, que persistirá en los meses que vienen y que podría volverse más amargo en el segundo semestre del año. Hay muchas probabilidades de que así sea. Que nadie dude de que la Semana Santa provoca efectos positivos en el empleo y no lo contrario, como afirman desde el Ministerio de Trabajo. La afiliación ha caído menos que en marzo, pero en el mismo mes de 2008 aumentaba en casi 42.000 efectivos y en marzo (coincidiendo con la Semana Santa) se creaban 59.000 empleos. Tampoco se observa una «significativa ralentización» como apunta Maravillas Rojo. El incremento del paro es el más moderado de los últimos nueve meses si se aíslan los componentes estacionales. Los efectos de Semana Santa son evidentes y pueden ofrecer un alivio pasajero que oculte la verdadera evolución del empleo. La serie desestacionalizada del crecimiento del paro mantiene su intensidad, siendo abril el segundo mes, desde que empezó la crisis, en el que más ha aumentado (un 55,9%). Respecto al mes anterior, el incremento ha sido de 118.200 personas (3,4%), frente a las 39.478 que arrojan los datos sin desestacionalizar. La evolución de la contratación ha sido más desfavorable que la de marzo. Además, disminuye especialmente la contratación indefinida. Las obras del Fondo Estatal de Inversión Local están fomentando la contratación temporal en la obra pública. De hecho, están estimulando el despido y la contratación de nuevo de muchos trabajadores. Sin lugar a dudas, éste no es el tipo de políticas que necesita nuestro mercado laboral. Presidente de AGETT