Hablar de Obama

-Jo, tío, lo de Obama es megaimportante, es superguay, es lo máximo…
-Ya veremos lo que hace, o lo que le dejan hacer, después de que tome posesión e inicie su mandato.
-Da igual lo que decida a partir de ahora, porque ya ha logrado el milagro más necesario: ha devuelto la esperanza al pueblo americano y a una buena parte del mundo.
-La esperanza ¿en qué?
-Muy sencillo: en que otro tipo de sociedad es posible, en que hay que parar la guerra de Irak, en que hay que desmantelar el infierno de Guatánamo.
-Si no me equivoco, y leyendo sus discursos, ha sido extremadamente prudente en sus promesas, e incluso ha dicho que teme decepcionar. Y en cuanto a Guantánamo, por ejemplo, ya ha advertido de que hay más problemas de los que creía para terminar con ese extraño limbo alegal.
-No seas tocanarices, por no decir otra cosa, que lo de Obama es lo más importante que ha sucedido en Estados Unidos desde Lincoln, Roosevelt o Kennedy. Y, además, con el mundo global, la onda expansiva del «efecto Obama» va a llegar hasta España; de hecho, ya ha llegado.
-De momento, lo que ha llegado es la ruina para muchos españoles que habían depositado sus capitales en los chiringuitos financieros del alfoz de Wall Street. Y eso ya no tiene remedio.
-Eres un pesimista antropológico, y así no llegarás a parte alguna…
-Lo que pretendo es no ser absolutamente tonto, dentro de mis escasas posibilidades.
-¿Me vas a negar que a Zapatero le va a ir mejor con Obama, que es optimista y soñador como él, y que es negro y tiene buen rollo, que con George W. Bush, que era un cardo borriquero?
- Prefiero ahorrar las emociones y dejar la fiesta para mejor ocasión.
-Con gentes como tú, España no sale adelante. Eres un freno para la Historia, una antigualla sin ilusiones, un fósil en el fondo del barranco.
-Camarero: tráigame la cuenta.