Ciudad del Cabo

Hombres mayores y heterosexuales los que más tarde se diagnostican de sida

La Razón
La RazónLa Razón

Ciudad del Cabo-Los hombres heterosexuales y de edad avanzada son los que más tarde se diagnostican del VIH. Esto significa que empiezan a tratarse cuando la infección ya ha podido derivar en sida y tienen, por tanto, mayor riesgo de mortalidad. Pero, además, mientras desconocían que eran seropositos han podido contagiar a sus parejas.Éste es el perfil del paciente con VIH que no se hace la prueba del virus, según las conclusiones de un estudio internacional presentado en la Conferencia de la Sociedad Internacional de Sida, que reúne estos días a los principales expertos del mundo en VIH en Ciudad del Cabo (Sudáfrica). Los inmigrantes son el otro gran grupo de riesgo de detección tardía.Los datos de España confirman que casi la mitad (el 48 por ciento) de los casos de VIH de nuestro país se detectan demasiado tarde, cuando el virus ya se ha «comido» gran parte del sistema inmunitario del paciente y éste ya debería estar tomando la terapia antirretroviral. En algunos casos el enfermo ya ha podido, incluso, presentar algunos de los signos del sida. Así lo atestiguan los datos de la red de Investigación en Sida (red Coris), que reúne a los pacientes diagnosticados en 31 hospitales de España.Tratarse a tiempoLa importancia de saber si uno está infectado o no cuanto antes es doble: Por un lado, se evita contagiar a otras personas, pero además, tratarse a tiempo tiene un impacto en la probabilidad de cronificar el VIH y no desarrollar sida. «Si la infección se coge al principio, el tratamiento es sencillo –una sola pastilla, «atripla», reúne lo que antes era una engorrosa medicación–, se tolera bien y su éxito es del cien por cien. No se puede permitir que se llegue tarde a la terapia», opina Santiago Moreno, jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid. Para solucionar el problema del diagnóstico tardío, Moreno propone adoptar el modelo estadounidense de detección universal del VIH, es decir, la prueba se solicita siempre, en cualquier análisis, salvo que el paciente se niegue. «Si se normaliza el test del VIH se perdería parte del estigma, aparte de los numerosos efectos positivos que tendría», dice, y cita como ejemplo cómo la universalización de la prueba del VIH en embarazadas y en todas las bolsas de sangre para transfusión ha conseguido eliminar la transmisión de la enfermedad de madre a hijo y por transfusiones, respectivamente. Porque, de momento, «la vacuna se encuentra en fase de reflexión», dice Santiago Moreno.