Barcelona
Interior quiere rebajar los límites de velocidad en Madrid y Sevilla
La propuesta supone lareducción de la velocidad en el acceso a las ciudades en función del tráfico, los accidentes o el clima.
El Gobierno no descarta implantar en otras ciudades españolas el límite variable de velocidad que rige desde el pasado día 15 en Barcelona, por el que se indica a los conductores la velocidad máxima a la que pueden circular (entre los 80 y los 40 km/h), en función de la congestión, los accidentes, la contaminación o la climatología.
Según ha podido saber LA RAZÓN, las ciudades en las que se implantaría la medida serían Madrid y Sevilla, aunque en este último caso se están realizando estudios técnicos. En cualquier caso, los plazos manejados para su puesta en marcha no superan los dos meses.
Según explicó esta semana en RNE la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, el límite de velocidad es un tema que el Gobierno ha introducido dentro del debate de los planes de ahorro energético.
La respuesta al anuncio del presidente de Automovilistas Europeas, Mario Arnaldo, es que «se están mezclando churras con merinas. La emisión de contaminantes no tiene que ver con la seguridad vial. Si las carreteras están colapsadas, los automóviles consumen más parados que a mayor velocidad». Para Arnaldo, «el problema de Barcelona es que el 50 por ciento del parque automovilístico tiene más de 15 años y, por ello, se deben impulsar medidas para renovarlo». «Hay un claro afán recaudatorio porque tras la reducción de la velocidad en los accesos a la Ciudad Condal se recaudó más en un semestre de 2008 que en todo el año anterior», denunció.
Medida en vigor
Arnaldo explicó que la propuesta no es novedosa porque ya «en 2006 se legalizó la señalización de la velocidad variable en los paneles luminosos para condiciones especiales como obras, carriles cortados, accidentes o problemas climatológicos. Experiencias como éstas han supuesto un fracaso estrepitoso en muchas ciudades europeas», indicó.
Además, advirtió, puede que detrás de toda esta maniobra se esconda una reducción definitiva de las velocidades de las carreteras, lo que, en opinión de Arnaldo, «no tiene ningún sentido». «No se pueden cambiar los límites constantemente porque los conductores se acostumbran a la velocidad de la vía que utilizan a diario, y no pueden estar todos los días pendientes de los nuevos límites de velocidad», concluyó.
Compromiso estatal
Por su parte, el director de seguridad Vial del Real Automóvil Club (RACE), Tomás Santacecilia, consideró que es necesario hacer una reformulación del sistema de tráfico para evitar las congestiones de las grandes ciudades. La Administración debe asumir su responsabilidad y comprometerse a reducir las retenciones en un porcentaje, que podría ser del 30 al 40 por ciento, en lo que queda de Legislatura».
Cada vez se tarda más en desplazarse hasta los lugares de trabajo y en regresar a casa, y eso sí contamina. Lo que reduciría las emisiones sería la disminución del tiempo en los desplazamientos».
El director de seguridad vial del RACE entiende que si detrás de la medida no hubiera un afán recaudatorio por parte de la Administración, «en lugar de invertir dinero en radares pondrían medidores de calidad del aire».
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