Ciencias humanas
La vaca «dona» el primer genoma de la ganadería
El trabajo sirve para entender la evolución de los mamíferos. El hombre comparte el 80% del ADN con los bóvidos.
Madrid- La domesticación del ganado bovino, que se inició en Oriente Medio hace 10.000 años, fue fundamental para el éxito del ser humano. Ése es uno de los motivos, dicen los científicos, por los que es clave comprender su evolución a través de su genoma, recién obtenido por el Consorcio Internacional de Secuencia Genómica Bovina, que ha contado con la participación de tres centros españoles. El proyecto ha durado seis años y ha ocupado a 300 investigadores de 25 países.El logro no sólo permite profundizar en la comprensión de la evolución y diferenciación de los rumiantes –el ancestro común de los artiodáctilos vivió hace 60 millones de años–, sino también mejorar mediante manipulación la producción de carne y leche. Aun más, los genetistas esperan que algún día sirva para mejorar el tratamiento de enfermedades como el «mal de las vacas locas».El genoma de la vaca contiene más de 22.000 genes, un número parecido al humano, con el que comparte un 80%, de los cuales unos 14.000 tienen su correspondencia en otras siete especies de mamíferos, según «Science». El animal cuenta con 30 pares de cromosomas, frente a los 23 del hombre, y, aunque ambos comparten una arquitectura similar, algo común en muchos mamíferos, regiones claves del genoma bovino están colocadas de forma diferente, lo que varía las funciones de los genes equivalentes.RoedoresEl genoma bovino es más parecido al humano que el de los roedores, lo que podría cambiar los modelos de experimentación actuales, que suelen utilizar ratas y ratones de laboratorio.Su importancia radica en que es «el primer genoma de un mamífero de ganadería», asegura Roderic Guigó, del Centro de Regulación Genómica de Cataluña. Sus genes explican «cómo es capaz de convertir un forraje de baja calidad en carne y leche ricas en proteínas», explica el científico.Éste es el séptimo animal cuyo mapa completo de ADN se secuencia, después de chimpancé, gallina, gorila, perro, rata y ratón. También están en marcha proyectos para secuenciar el código genético del murciélago y el elefante, además de otros extintos como el mamut o el neandertal.El toro «Dominó», cuyo ADN ha servido de base, pertenece a la raza inglesa Hereford. Sus genes se fragmentaron en bacterias que dibujaron un «mapa» sobre el que luego se secuenció el genoma de su hija cuasi clónica «Dominette», idéntica a su padre en un 93%.
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