España
La certeza del futuro
No es una casualidad que la Corona sea la institución más querida por los españoles y que los miembros de la Familia Real conciten tanto afecto y admiración. El sentido moderno de la Monarquía se sustenta tanto en la ejemplaridad como en su eficacia para conectar con la sociedad. Desde la restauración de la Monarquía constitucional, Don Juan Carlos, con la inestimable colaboración de Doña Sofía, ha sabido interpretar fielmente los deseos del conjunto de la sociedad, estar al lado de los españoles en momentos difíciles y proyectar la imagen de España al mundo con una eficacia insuperable. Sus hijos asumieron desde jóvenes el papel que les correspondía como representantes de la Corona en inumerables actos y colaboraron activamente en su proyección de todos los rincones de la geografía nacional. Don Felipe es uno de los príncipes que cuenta con una formación más completa. Esto se complementa con una notable capacidad de trabajo y un trato humano que han proyectado la figura del Príncipe de Asturias como una pieza fundamental de la Jefatura del Estado que ostenta su padre. Es un joven moderno que es consciente de la alta responsabilidad que le corresponde al servicio de España y los españoles. Es un papel tan complicado como difícil, pero lo ha sabido llevar de forma ejemplar desde el primer día. Hace cinco años se celebraba su matrimonio con una brillante periodista, Letizia Ortiz, que abandonaba una profesión donde todos le auguraban grandes éxitos. Un enlace basado en el amor donde le correspondía asumir el complejo papel de esposa del Heredero de la Corona y trabajar, con el rigor y la meticulosidad que mostró como periodista, al servicio de los españoles. Los Príncipes de Asturias han colmado las expectativas . Es el equilibrio entre esa proximidad que les caracteriza con la eficacia a la hora de representar la institución en todo momento y lugar. La Monarquía, que surge de nuestra historia y tradición, capaz de reflejar el sentir de los pueblos de España, tiene como garantía de su futuro el carácter ejemplar de los Reyes y sus hijos, así como la eficacia en el ejercicio de sus altos cometidos al servicio de los ciudadanos. Los Príncipes de Asturias son la la certeza de ese futuro.
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