Toledo

La dolorosa cruz de El Fundi

La dolorosa cruz de El Fundi
La dolorosa cruz de El Fundilarazon

TOLEDO - Lo tenía difícil El Fundi. Pocas tardes se hace tan cuesta arriba la función de abrir plaza. Comenzaba el festejo con un enrevesado juego de la afición por encontrar el sitio. Colas eternas que amargaron a muchos, y más cuando intentaban posicionarse una vez el toro en el ruedo. La búsqueda fue desaforada y ajustadísima la localidad, ni que decir en la grada. Aquello era una odisea, muy alejada del disfrute. Calor sofocante y encajados entre las rodillas del de arriba y la espalda de abajo intentamos ver la esforzada labor de El Fundi al primer Zalduendo. Tenía mérito reaparecer después del grave percance que sufrió al caerse de un caballo. El cráneo roto y dificultades para coordinar la pierna derecha. La misión imposible cobró vida ayer en Toledo y El Fundi se atavió el vestido, con Tomás y De Mora, y cedieron todos sus honorarios a una causa benéfica. Lidiaba el torero con solvencia por el lado derecho, dos o tres tandas a un animal soso que embestía muy humillado. Fue al natural, al salir del primer encuentro, cuando hizo presa el toro y lo corneó feo. Quiso el torero seguir, pero la sangre teñía las medias hasta las zapatillas en segundos. Herida de guerra, herida de fuego. Quedó en un mano a mano, pero ni el drama rehizo el desafío del público por coger sitio. Eugenio de Mora lo intentó con el segundo, con las fuerzas lindando con la invalidez, y ahí quedó la cosa. Seguían los ánimos crispados hasta que José Tomás se abrió con el tercero de capa y se entretuvo en hilvanar los lances sin perder ni un ápice de espacio. Echó los brazos por delante y esperó la acometida. Brindó Tomás a los afectados de la asociación ASPAYM y al gran Adrián Gómez, rota la plaza y entregada en ese instante. Se esmeró después para sacar faena a un toro tirando a sosote y que se empleó desigual. Metió la espada con acierto y cortó una oreja. De Mora lo dio todo con el cuarto, largas cambiadas, prólogo de muleta de rodillas... Y cuando hubo que encajarse con el toro, que era un bombón, también lo hizo. Hasta el mismo centro del ruedo se llevó José Tomás al quinto y allí cosió las embestidas en un toreo de gusto e imaginación en los remates. Hubo más comunión en el toreo diestro a un toro, con la casta justa, pero que se dejó hacer a pesar de que le costaba comenzar la arrancada. No se alió con los aceros. Colmaba el festejo Eugenio de Mora, que se hizo con tres toros por la cornada de Fundi, y con ese manejable sexto anduvo más descompuesto hasta que le cogió la medida al natural con muletazos templados y por abajo. Después llegaría el delirio en el tendido al culminar la faena de rodillas. Hundió el acero y se cumplía así la misión benéfica. Lo malo es que Fundi cayó herido y la corrida pecaba de anovillada. Pero que quede claro, misión cumplida.