Castilla-La Mancha
Baltasar Magro «La energía nuclear está muy denostada»
-Usted ha pasado de ser un hombre conocido por sus programas de televisión a ser un escritor reconocido por el público. ¿Cómo se vive ese paso?
-De una forma natural porque durante mucho tiempo he simultaneado las dos facetas, cosa que no es fácil. Lo que tengo claro es que hoy por hoy disfruto mucho con la escritura, sobre todo si hay una buena respuesta de los lectores.
-¿Trabajar tantos años con imágenes le ha dejado una visión cinematográfica de la literatura?
-Probablemente. Yo he estado toda la vida contando historias a través de las imágenes y supongo que me habrá quedado alguna deformación profesional. De hecho, han habido productores que se interesaron por llevar alguna de mis novelas al cine, pero al final los proyectos no cuajaron.
-Usted ha escrito varias novelas históricas, ¿por moda o porque se venden mejor?
-Porque estudié historia y es un tema que me apasiona. Disfruto mucho buscando entre los escondrijos y los agujeros negros del pasado, encontrar personajes que han sido diluidos por los años o que fueron maltratados por las circunstancias. Además, el pasado permite un distanciamiento a la hora de juzgar los hechos muy saludable para alguien que siempre trabajó con la actualidad.
-Los paisajes de Castilla-La Mancha son un denominador común en la mayoría de sus obras. ¿Qué tienen de especial?
-Las personas siempre estamos marcadas por el sitio en el que nos criamos. Para mí, las cadencias y la desnudez de esos paisajes me resultan muy atractivas, no sólo desde el punto de vista literario, sino desde lo más intimo de mis sentimientos.
-Y sobre todo Toledo
-La gran desconocida. Una ciudad visitada por todo el mundo y conocida por muy pocos. Su belleza epidérmica es tan grande y el visitante disfruta tanto de ella que no profundiza. Lo más importante de Toledo está enterrado. De hecho, toda la Edad Media se encuentra en el subsuelo de la ciudad. El problema es que los visitantes, debido a la cercanía con Madrid, están muy poco tiempo.
-¿El turismo es la tabla de salvación en estos tiempos de crisis?
-Siempre lo ha sido. El turismo es la gran industria de este país. Y eso que aún quedan muchas cosas por explorar: el turismo rural, el cultural, el natural. Tenga en cuenta que España, por su variedad, es como un pequeño continente. Yo no digo que el turismo vaya a acabar con la crisis, pero sin duda es una industria mucho más segura que la del ladrillo.
-En «Informe Semanal» se hicieron infinidad de reportajes sobre las posibles energías del futuro. ¿Cuál cree que será la que se imponga?
-Las energía nuclear está muy denostada, pero si se solucionara el problema de los residuos sería magnífica. También creo que hay que investigar en otro tipo de energías más limpias porque será el legado que le dejaremos a las generaciones venideras. Al final, se impondrá el sentido común y convivirán todas, habrá un porcentaje de energía nuclear y un porcentaje de otro tipo. Lo que no se puede hacer es ponerse en contra de nada. En este tema, como en todos, hay que sumar, nunca restar.
✕
Accede a tu cuenta para comentar