Cárcel

Libertad para un hombre que estuvo un año en prisión pese a ser inocente

Libertad para un hombre que estuvo un año en prisión pese a ser inocente
Libertad para un hombre que estuvo un año en prisión pese a ser inocentelarazon

Una operación «normal» del Grupo de Estupefacientes se saldó con un hombre inocente detenido. Pero a eso hay que sumar que el arrestado estuvo más de doce meses entre rejas pese a que desde el primer día aseguró que «él era inocente». Ayer, a las siete de la tarde, y tras comprobar lo declarado por unos funcionarios, la sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia decretó la salida de prisión de este hombre, doce meses después de haber ingresado en la cárcel por un delito que no cometió. La operación se realizó en mayo del 2007. A los dos días de la detención, el juez de guardia decretó el ingreso en prisión.

Desde el primer día, el joven, de origen guineano, declaró que él no tenía nada que ver con lo sucedido, pero sus huellas le delataban. El problema, que sólo a raíz de la denuncia de Instituciones Penitenciarias se ha podido comprobar, es que las susodichas huellas, pese a llevar su nombre, no eran las suyas. Eso es algo atípico cuando menos. El nombre de otro Antes de la fecha de la operación, otro hombre, también de origen guineano, fue detenido. Éste dio como filiación el nombre y los apellidos del hombre que meses después acabó en la cárcel de Picassent, Valencia. Por eso, cuando Estupefacientes realizó la operación y encontró unas huellas dactilares salió el nombre del hombre que después se ha demostrado que era inocente.

El día de la detención, cuando éste entregó su documento de identidad salió su nombre pero también, entre otras cosas, las requisitorias que tenía el otro ciudadano guineano. Lo malo era que, en realidad, al que buscaban era a otro hombre, de la misma nacionalidad y de una edad similar. Una vez ingresó en la cárcel, el detenido les dijo a los funcionarios que él no había hecho nada, «como todos aquí, pero eso lo decidirá el juez» contestaron ellos. El día del juicio, las pruebas presentadas por la Policía fueron aplastantes, por lo que la Audiencia Provincial de Valencia condenó al reo a cuatro años de reclusión. Desde el día en que conoció la condena, el preso comenzó una huelga de hambre. Algo no cuadraba en todo aquello.

Por eso, los funcionarios de prisiones hablaron con el hombre, éste les volvió a contar su historia y, según fuentes de Instituciones Penitenciarias decidieron contrastar las huellas de la Policía con las que se le toman a todos los presos a su entrada en el centro penitenciario. Ahí saltó la sorpresa: no coincidían. Por eso, con los resultados en la manos escribieron una carta a los magistrados que juzgaron la causa defendiendo la inocencia del reo.