Más del 95 por ciento de los trabajadores de la antigua Alitalia llamados por la Compañía Aérea Italiana (CAI) para formar parte de la nueva sociedad se han sumado ya al plan por la salvación de la aerolínea, asegura hoy el diario "Corriere della Sera".
"Las adhesiones a la oferta rozan el cien por cien. En todas las categorías. Incluidos los inconformistas que han hecho resistencia hasta el último día: los pilotos", afirma el periódico milanés.
"El comandante Fabio Berti, poderosísimo número uno del sindicato, ha aceptado, mientras se ha quedado fuera Massimo Notaro, otro líder"de los pilotos, apunta.
Este casi cien por cien de adhesiones de los trabajadores despeja un poco más el camino de Alitalia hacia su despegue como una nueva compañía saneada en manos de la CAI, aunque hasta el último momento los acuerdos por la salvación de la aerolínea han dado problemas.
Esta semana parte de los trabajadores de tierra de Alitalia obligaron a cancelar numerosos vuelos desde el aeropuerto romano de Fiumicino por una "asamblea espontánea", mientras que el pasado sábado varios sindicatos denunciaron que la CAI no estaba aplicando correctamente los acuerdos firmados el pasado 31 de octubre.
"El cuadro completo estará claro el lunes o el martes, pero la respuesta ha sido óptima. Al final los trabajadores han entendido que es la mejor solución", aseguran fuentes de la CAI al "Corriere della Sera".
Tras la Navidad despegará la nueva compañía aérea, a la que la CAI piensa mantener el nombre, pero en la que quiere que participe un socio extranjero. Para ello, dice el periódico, los responsables de la sociedad de una veintena de empresarios italianos están agilizando las reuniones con Air France KLM.
"La CAI está de hecho acelerando las conversaciones sobre el eje Roma-París para la entrada de Air France como socio internacional, después de que Lufthansa haya pedido tiempo antes de formular una oferta", indica el rotativo.
"La compañía francesa, según fuentes financieras, estaría dispuesta a ofrecer una cifra entre los 300 y los 350 millones de euros por una participación que, al menos en un principio, no debería superar el 25 por ciento del capital", añade.