Más que preocupante

Lo peor de este Gobierno es que cree que todo se arregla con más impuestos, más déficit y más deuda. Es tan fácil como sacar la tarjeta de crédito y pagar, se tengan o no los fondos necesarios. Lo cual no puede ser más preocupante. El nuevo modelo financiero autonómico gasta lo que no tiene y da dinero a espuertas a los gobiernos regionales para que lo dilapiden como les parezca, no en función de los ingresos existentes, sino acudiendo al déficit público y el endeudamiento. Con lo que pronto habremos agravado la crisis, sin solventar lo que parece fundamental: que la economía empiece a funcionar aportando dinero para las empresas y las familias. Pero eso no. Aquí lo que se hace es dar más a las autonomías, pese a que ya sabemos cómo gastan muchas autonomías: en radios y televisiones públicas, en empresas subvencionadas y coches oficiales, en despachos y asesores, en cultura nacionalista y embajadas innecesarias. O sea, en engordar el gasto corriente. Con el agravante de que ahora se va a dar más a las que más tienen. Es decir, que recibirán más los ricos gracias al nuevo fondo de competitividad hecho a la medida de Cataluña para que las comunidades que más recaudan se queden también con lo que les sobra. Sin pedir nada a cambio, por supuesto. Les damos el dinero, pero no fiscalizamos el gasto. Tal es el despropósito.