
Distribución
Mercadona: Quiero elegir

Cuando voy al hiper, al súper, a la tienda de la esquina, o a la que regenta la Pili en mi pueblo, quiero comprar los alimentos lo más barato posible, pero también pretendo que me dejen elegir, para lo que es necesario que la gama de productos ofertados sea lo más amplia posible. La situación ideal para los consumidores es lograr un equilibrio entre esas dos premisas: precio y variedad, sin poner en cuestión la calidad, por supuesto. Pues bien, los señores de Mercadona, en una opción perfectamente legítima, aunque puede que también se trate de una apuesta arriesgada, han decidido por su cuenta y riesgo que, si voy a su establecimiento, tendré que comprar lo que ellos quieran, ya que han reducido a su mínima expresión la cantidad de productos y marcas que venden. Argumentan que con eso consiguen rebajar los costes y pueden ofrecer unos precios más baratos, pero también es verdad que con esta estrategia lo que hacen es potenciar sus marcas blancas y convertirnos en rehenes y prisioneros de ellas. Dicho de otra manera, si me gusta una determinada marca de aceite, o de infusiones, o de leche, o de conservas, existen bastantes posibilidades de que en Mercadona no la encuentre. Insisto, ellos han decidido su estrategia comercial. Yo haré lo mismo: primero, variedad; después, precio y, siempre, calidad, conociendo también el origen del producto.
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