
Belleza
Mujeres a pelo y a base de sol

lo mejor en estos tiempos es políticamente incorrecto decir que nos gusta ver a las mujeres a pelo, pero como resulta (mira por donde) que dentro de este mundo salvamundos vuelve a ser de lo más correcto ponerse en bolas en contra del calentamiento global, la lucha contra la extinción de la fauna y la conservación de las energías naturales, nada mejor para alegrarnos el invierno que ver por ejemplo a la exuberante Eva Mendes superando a la Raquel Welch de «Hace un millón de años», poniendo al descubierto su rotunda anatomía con unas carnes de abrigo para protestar contra el comercio de pieles.
Ahora que dicen que hasta los castores vuelven a habitar en España, cualquier trampero sería capaz de darse de baja a cambio de embobarse con el terso pellejo de la Mendes, sin saber si obedece a líneas neumáticas o a la musculatura bien engrasada para una hibernación en fogoso letargo. Nos recuerda un poco a aquella Brigitte Bardot que tras lucir armiños y visones con su impactante erotismo decidió renegar de la humanidad y dedicarse a una defensa iracunda de las focas y otros animales. El problema es que a ella a base de luchar contra las pieles se le acabó quedando el pellejo flojo, recurtido y antipático, mientras a la Mendes parece que los cueros prometen por ahora sostenerse en tiempo glorioso.
Estas chicas voluptuosas, hechas como a base de sol, manteca y mordiscos, en su lucha contra el calentamiento dan al menos una lección contra el enfriamiento social de estos días. Sobre todo ahora que nos han apagado las luces navideñas no sé si por alguna especie de razón ecológica entre la niebla. La Mendes tiene un aire a la Carmen Electra de «Los vigilantes de la playa», lo que nos sirve para celebrar el éxito de un mito tan vilipendiado como inmortal del calibre de Pamela Anderson, elegida unánimemente como la mujer más sexy de toda la historia de la televisión, para envidia de Anita Obregón, Marta Robles o Terelu Campos. Podrá medir poco menos que metro y medio, asumir su aspecto de zorrón, ligarse a roqueros de baja estofa, ser carne de cañón del informe PISA de educación, pero es muy posible que cuando se acabe el planeta y los niños y adolescentes actuales tengan edad provecta, se acordarán más de Pamela que de los artículos de la Constitución. En el fondo, ya sabemos que los símbolos y las mitologías son lo único que nos mueven. Mejor si están de buen ver.
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