Miami

Nadal mejor imposible

Nadal, mejor imposible
Nadal, mejor imposiblelarazon

Madrid- Toni Nadal no estaba en Indian Wells, pero sus planes se están cumpliendo a rajatabla. La consolidación de su sobrino como número uno del mundo es la prueba de que todo funciona. Rafa ya aventaja en más de 4.000 puntos a Roger Federer. Lo equivalente a los puntos que conceden dos títulos de «Grand Slam». Eso supone que si confirma su dominio sobre tierra batida, y no hay ninguna sombra que apunte lo contrario, alcanzaría 2010 co- mo líder del circuito. Su arranque de temporada es casi perfecto. «Empezar mejor es complicado y, aunque sólo es el comienzo, es un gran comienzo», aseguró ayer en declaraciones a su página web. El entorno de Rafa no estaba ni está dispuesto a conservar el número uno del mundo a cualquier precio. Hay que cuidar a la mejor raqueta del planeta y para ello hay un plan establecido. Jugar los tor- neos justos, recortar los partidos lo más posible, acortar los puntos y economizar energías para que el físico de Nadal resista y no se repi- tan renuncias tan dolorosas co- mo las de la final de la Davis o la Masters Cup. A estas alturas de la pasada temporada había jugado 21 partidos, divididos entre cinco torneos y la Davis. Este año ya suma dos más, pero en sólo cuatro torneos. La renuncia a Dubái es clave para afrontar la minitemporada estadounidense en pista rápida y llegar con garantías a la tierra batida, que comienza justo después de Miami. Y es que en poco más de dos meses se concentra el grueso de la temporada sobre arcilla. Nadal afrontará seis torneos sin tregua. Cuatro Masters 1000, Roland Garros y, de propina, el Godó. Por si no fuera suficiente y sin descanso llegarán Queen¿s y Wimbledon. Superada la hierba, y si defiende con éxito los títulos logrados en 2008, surgen los interrogantes. Se mantendría viva la opción de alcanzar el «Grand Slam», la conquista de los cuatro «grandes», y eso son palabras mayores. Un reto del que Nadal no quería hablar después de Australia, pero... Entre Londres y el regreso a Norteamérica (Canadá arranca el 10 de agosto), con la vista puesta en el Abierto de Estados Unidos, hay casi un mes. El calendario en esa fase está abierto. Y es que en el entorno de Rafa se considera que no es tan importante el número de partidos (92 el año pasado) como el número de torneos que se disputen. El año pasado jugó 18, y eso que se borró de algunos por lesión. Este año, los planes, sin lesiones, apuntan a esa cifra.