Nueva York

Obama recula en la disputa racial por el «caso Gates»

El presidente se «coló» en la rueda de Prensa diaria de la Casa Blanca para disculparse por sus palabras contra la Policía. 

Obama llama por teléfono al sargento que detuvo a un profesor negro y reconoce que se equivocó de palabras
Obama llama por teléfono al sargento que detuvo a un profesor negro y reconoce que se equivocó de palabraslarazon

Obama decidió comparecer ayer en la rueda de Prensa diaria de la Casa Blanca en la que su portavoz, Robert Gibbs, despachaba con los periodistas para zanjar la controversia sobre la detención del profesor negro de Harvard Henry Louis Gates por el policía blanco James Crowley. Obama reconoció que «todavía creo que, basado en lo que escuché, el sargento actuó de forma exagerada, pero también pienso que el profesor Gates respondió de forma exagerada». El mandatario estadounidense explicó que tuvo una conversación de cinco minutos con el policía que detuvo a su amigo y reconoció que el debate racial es muy sensible en Estados Unidos. Además, pidió «unidad» ante este tipo de controversias mientras indicó que «nadie habla ahora del debate de la reforma sanitaria, que es lo que deberíamos hacer». Justo después de estas declaraciones, los periodistas de las diferentes cadenas televisivas respondieron con amplias sonrisas, ya que llevan dos días informado con gran tensión acerca del suceso. El líder demócrata realizó estas manifestaciones después de que el Presidente de la Asociación de agentes de Policía de Cambridge, Dennis O'Connor, convocase ayer una rueda de Prensa en la que pidió a Obama y al gobernador, Deval Patrick, que se disculpasen por sus ofensivos comentarios acerca de sus oficiales. James Crowley compareció en la misma conferencia con los periodistas junto a un grupo multirracial de compañeros, aunque esta vez no hizo ninguna declaración. Obama había dicho el pasado miércoles que la Policía de Cambridge había «actuado de forma estúpida» por el arresto de su amigo, el profesor de Harvard Henry Louis Gates, en su propia casa mientras que el Gobernador Patrick calificó la detención como «la pesadilla de cualquier hombre negro». A primera hora de la mañana de ayer, el secretario de Prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs, admitió que el presidente no hubiese hecho ningún comentario sobre la detención si hubiera sabido cómo los medios de comunicación iban a responder a sus palabras sobre el arresto de su amigo Gates. «Creo que no hubiese dicho nada de haber sabido toda la distracción e interés que este caso ha provocado (en la Prensa)», explicó Gibbs, quien dejó caer un supuesto apoyo de la Asociación de Policías al adversario de Obama durante la pasada contienda electoral, el senador republicano por Arizona, John McCain.Para terminar de zanjar una polémica que no haría más que complicar la agenda política interna del presidente, Obama admitió en una entrevista exclusiva a una cadena de televisión su sorpresa por la reacción de la opinión pública estadounidense ante sus palabras. «Debemos mantener la cabeza fría (en este asunto)», advirtió. «Tengo que decir que estoy sorprendido por toda la controversia que se ha generado en torno a mis comentarios. Me parece que es algo que está bastante claro. No hay necesidad de esposar a un hombre de mediana edad cuando está en su casa», remarcó el líder demócrata, mientras recordó que siente gran admiración por el trabajo que realiza la Policía en Estados Unidos. Con esta intervención se zanjó, por ahora, una cuestión que ha copado durante los últimos días los medios de comunicación estadounidenses. De no haber comparecido ayer por la tarde en la rueda de Prensa diaria que se celebra en la Casa Blanca, los periodistas hubiesen distraído su atención con este asunto de la reforma sanitaria, que es precisamente sobre lo que Obama quiere que se hable en su país durante estos días.