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Robben-Guti

La Razón
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Ciertos silencios tienen más valor que algunas sentencias. Juande Ramos resbaló, tal vez más que su presidente con lo del chorreo, cuando puso en solfa a Robben. No se percató de lo que podrían causar sus opiniones. No debió cuestionar la importancia del holandés en el juego. Con él, según Juande, no hay trabajo colectivo. Con él se juega de otra manera. En definitiva, casi lo consideró un problema.Ayer no hubo caso en lo que respecta a sus compañeros de equipo. Sospecho que a los futbolistas del Madrid les parece apropiado fomentar el individualismo del holandés. No comulgan con los pensamientos del míster. Anoche, le buscaron. Hasta Raúl le mandó el balón a la banda para que tomara la responsabilidad de crear la jugada de ataque.A Robben se le comparó con Messi, se le cantaron glorias y, de pronto, sin venir a cuento, el entrenador puso en duda la efectividad de sus condiciones futbolísticas. Esta semana, tras la derrota ante el Liverpool, no era el momento más adecuado. El equipo necesitaba recuperar su estima y ningunear a Robben no era la política más adecuada.Robben no hizo la jugada del triunfo, pero llegó Guti. Su entrada cambió el juego del equipo. Para rematar la función lanzó magistralmente el libre directo que fue el primer gol. La calidad no es discutible. La de Robben ni la de Guti. Y ambos lucen individualmente.