Colmenar Viejo
«Se vende MP3 por 20 euros con Bisbal y Beyoncé incorporados»
El dueño de los locales, acusado de un delito contra la propiedad intelectual, poseía otro en Colmenar Viejo.
Tan convencida estaba de la magnífica oportunidad que ofrecía a sus clientes, que cuando dos policías municipales de uniforme le pidieron más detalles acerca del material que vendía, pensó que querían comprar la mercancía.
Porque Susan no parecía haber oído hablar en su vida de la propiedad intelectual, el canon, ni la implacable SGAE. Por eso, quizá, no se escondía y vendía reproductores de música al gusto del consumidor. Es decir, vendía un MP3 o MP4, y por un módico precio, les cargaba la música o las películas que el cliente demandaba.
Así, por 19,95 euros, además del aparato, el comprador se ahorraba el bajar la música y las películas o comprarse un compact disc, DVD, vinilo, pagar a I-tunes o similar.
El descaro del negocio era tal que Susan no tenía ningún inconveniente en vender con un ordenador portátil al lado para facilitar el trabajo. Cuando un cliente se acercaba y se decidía por abonar los casi veinte euros por el reproductor, al momento, tenía toda las discografías disponibles. Sólo tenía que elegir y, en unos minutos, se iba a casa con su nuevo MP3 y lo último en música.
Para aquellos a los que no les convencía el invento, este peculiar negocio también ofrecía la posibilidad de comprar un CD con cincuenta canciones por cinco euros de nada, también a la elección del consumidor, que podía consultar los temas y decantarse por qué medio centenar iban a componer su compact disc pirata, según fuentes policiales.
Mostenses y Ventas
Lo más curioso del caso no es sólo que Susan explicase el modus operandi, cual clientes interesados, a dos agentes uniformados, sino la ubicación de este negocio. Un mercado de abastos, en concreto, el de la plaza de los Mostenses. Entre fruta, carne y hortalizas se vendía el material con total normalidad.
Eso sí, cuando los policías municipales explicaron a la gentil vendedora que lo que hacía iba en contra de la ley, ella no dudó en disculparse y delatar al dueño del material y el local, un tal Héctor.
De hecho, ella les puso sobre la pista de otro negocio sito en un mercado distinto, el de Ventas. Ese, de hecho, era su local de trabajo habitual, pero la enfermedad de su compañera encargada del puesto de Mostenses, había precipitado un cambio de planes ya que el negocio de Ventas daba, a lo largo del día, menos dinero que el del Barrio de Universidad.
Héctor resultó ser el dueño de ambos locales y de un tercero en Colmenar Viejo donde se realizaba la misma actividad. Por eso, los municipales se pusieron en contacto con la Guardia Civil para que procediese al cierre del local y detención del tipo.
La operación «Pavo», por aquello del mercado, se ha saldado con dos detenidos y una incautación de material informático que podría ascender a 150.000 euros.
✕
Accede a tu cuenta para comentar