Galicia

Touriño dimite y el PSOE evita ver en el resultado un castigo a Zapatero

Los socialistas abren la puerta a la autocrítica en Galicia,y Blanco se excluye para tomar las riendas del PSdG 

Touriño dimitey el PSOE evita veren el resultado un castigo a Zapatero
Touriño dimitey el PSOE evita veren el resultado un castigo a Zapaterolarazon

madrid- La de Emilio Pérez Toriño era la crónica de una dimisión anunciada. La noche del 1-M ya se sabía en la madrileña calle de Ferraz que la pérdida de la Xunta, después de tan sólo cuatro años de Gobierno, no le dejaba otra salida. Nadie intentó, de hecho, frenar la decisión del número uno de los socialistas gallegos, sino todo lo contrario. En la dirección federal habían sido muchas las advertencias que se le habían hecho al candidato sin que éste tomara nota de ninguna. La primera, que adoptase decisiones que hiciesen ver a los gallegos que el Ejecutivo había cambiado; la segunda, algún gesto de autoridad ante las veleidades de sus socios nacionalistas, y la tercera, que adelantase las elecciones al pasado otoño, cuando las encuestas daban al PP muy lejos de la mayoría absoluta y los efectos de la crisis económica no eran tan evidentes como ahora. No atendió ninguna de ellas. Ahora, su mala cabeza le convierte en la primera víctima del 1-M y abre en el PSdG una importante crisis interna. De momento, tendrá que nombrarse una gestora y convocar un congreso extraordinario para elegir nuevo secretario general que, ya advierten en Madrid, no será necesariamente el candidato de 2013. Tiempo, pues, de transición en el socialismo gallego que, aún pudiendo mantener los escaños que logró en 2005 –así lo esperan tras el recuento del voto emigrante– ha perdido más de 130.000 votos. El vicesecretario general del PSOE, José Blanco, uno de los miembros de la dirección federal más críticos con la gestión de Touriño, ha sido testigo en estas últimas semanas del descontento de los gallegos con el bipartito. Aún siendo la persona que más veces le sugirió al presidente ya en funciones de Galicia el adelanto electoral, ayer no quiso echar leña al fuego y prefirió ser condescendiente con Touriño. El número dos del PSOE asumió, incluso, su parte de responsabilidad en la derrota, tras haberse implicado a fondo en la campaña. Eso sí, se autodescartó de inmediato para tomar las riendas del socialismo gallego. «Mi única tarea en este momento será la de vicesecretario general», dijo. En el PSOE no opinan lo mismo, pues aunque Zapatero no se lo ha pedido ni sugerido, hay quien apuesta por que en 2013 Blanco será cabeza de lista al Parlamento gallego, tras un «training» en el Gobierno de España como ministro. Sea como fuere, Blanco no quiere ni oír hablar de ello y prefiere en este momento abrir una nueva etapa para el socialismo gallego que debe empezar por la «autocrítica». ¿Ha sido la gestión de Zapatero ante la crisis un factor determinanente en el resultado? Pues depende a quien se pregunte, pero en general en el PSOE sostienen que ha sido un factor más, pero no el único. Este debate se suscitó ayer durante la reunión de la Ejecutiva Federal y hubo opiniones para todos los gustos. Tanto Zapatero como Blanco mediaron en la discusión para decir que lo mejor es no dejarse llevar por intuiciones, esperar a los análisis postelectorales y contrastar el resultado con hechos objetivos. En todo caso, la dirección del PSOE cree que el mayor motivo de la derrota hay que buscarlo en el bipartito, aunque el contexto político general haya podido influir algo. «Los ciudadanos responden en cada elección a lo que se les pregunta, por eso los comportamientos electorales son muy distintos según las convocatorias. De lo contario, sería inexplicable que se haya perdido Galicia y se haya subido de forma espectacular en Euskadi», afirmó ayer Blanco. «El Gobierno de España es el mismo en Galicia y en Euskadi», afirmó después para no leer tras el resultado gallego un serio aviso a Zapatero por su gestión ante la crisis. El presidente recordó ante los suyos que en Galicia hay tradicionalmente un voto conservador muy asentado y que, salvo en circunstancias muy excepcionales –como en 2005, con el Presige, Iraq y el 11-M–, no se mueve. Tambien calificó de acierto que el PP pusiese un candidato joven como Feijóo, que no ha suscitado rechazo. «En política –dijo–nada hay decidido hasta que hablan los ciudadanos». Su próximo examen, en junio.