Comunidad de Madrid
Tras las huellas del corzo ibérico
Han avistado al menos 5.000 ejemplares en la Comunidad de Madrid. Los análisis y los estudios realizados durante cinco años permiten asegurar el buen estado de salud de la especie.
El modo más viable para diferenciar los sexos de los corzos es la forma del escudo anal, que en los macho es de forma de riñón mientras que en las hembras, a modo de corazón. En un momento en el que las especies autóctonas desaparecen o reducen su población continuamente, en la Comunidad de Madrid se han avistado al menos 5.000 ejemplares de corzo ibérico.
Puede parecer un hecho insignificante hasta que se engloba en su conjunto, ya que se trata de una especie autóctona cuya presencia se ha recuperado en zonas de la sierra de la región donde no había sido localizada antes. Éstos son algunos de los datos que se extraen del estudio «Ecología y caracterización genética de las poblaciones de corzo de la Comunidad de Madrid». El informe, un trabajo de campo del corzo ibérico sin precedentes en la región, lo han llevado a cabo la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio y la Fundación para la Investigación y el Desarrollo Ambiental (FIDA).
El proyecto
Se trata, según estas mismas fuentes, de un estudio morfológico y genético pionero en España sobre la especie en cuestión. Este trabajo, que se ha desarrollado durante más de cinco años, ha sido posible mediante un sistema de seguimiento continuo del animal y la gestión de sus poblaciones. «Hemos cogido datos de más de 300 ejemplares y de cada uno de ellos veíamos las medidas externas, el tamaño de la cuerna y después una muestra de sangre, pelos y heces», explica José Lara, jefe del Área de Conservación de Flora y Fauna de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid. Los datos reflejan que hay una densidad media de ocho corzos por cada 100 hectáreas de terreno.
Otro de los fines del estudio era averiguar cómo están las poblaciones sanitarias de la especie. «Este control realizado, nos permite afirmar que las poblaciones, que en consonancia con las de la península Ibércia están en aumento, no tienen grandes problemas que afectan a la salud», hace hincapié José Lara.
Se puede afirmar que los corzos de la Comunidad de Madrid son un grupo autóctono que ha mantenido su diversidad desde épocas prehistóricas. Así, la sierra madrileña sigue la estela de proteger el medio natural y darle un valor añadido más.
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