Nueva York

Un «Fidelio» correcto

La soprano Karita Mattila (i), encabeza el reparto de la ópera "Fidelio", de Ludwig van Beethoven (15/05/09)
La soprano Karita Mattila (i), encabeza el reparto de la ópera "Fidelio", de Ludwig van Beethoven (15/05/09)larazon

«Fidelio»V. A.Larsson, T. Stensvold, C. Forbis, K. Mattila, S. Milling, E. de la Merced, M. Klink. Director: S. Weigle. Director de escena: J. Flimm. Gran Teatro del Liceo. Barcelona, 21-V-2009.La música y los pasajes corales de la única ópera de Beethoven tienen un peso realmente importante, por lo que se agradece un director musical y una orquesta a la altura de las circunstancias. Sebastian Weigle, titular de la Orquesta del Liceo, presentó una lectura muy controlada y detallista de la partitura, pero le faltó un plus de excelencia, de espectacularidad, al que a lo mejor no acompañaron la puesta en escena y alguno de los solistas. Quizá no interpolar la obertura Leonore nº 3 acabó limitando el éxito de la velada. El Coro del Gran Teatro del Liceo mantuvo un muy alto nivel en todas sus intervenciones a pesar de los ridículos movimientos al unísono del final de la obra. La producción proveniente del Metropolitan de Nueva York funcionó bastante bien en el primer acto, con una sensación real de opresión y de falta de libertad. Algo más discutible fue la dirección de escena de Jürgen Flimm en el movimiento de los carceleros y de los presos, demasiado estáticos y homogéneos. Interesante el primer cuadro del segundo acto, pese a la iluminación algo torpe de Duane Schuler, y muy flojo el cuadro final del segundo acto, con un cielo nublado y peor aún la dirección de actores. República bananeraAquello se convierte en una réplica de una supuesta república bananera con los prisioneros dando saltos de alegría y moviéndose al unísono, mientras la soldadesca de forma bastante burda destruye la estatua del malvado Pizarro y otros lo golpean e intentan lincharlo. Desde el punto de vista vocal, el reparto parecía bastante sólido, pero el resultado no fue del todo satisfactorio. La soprano Karita Mattila fue una protagonista muy adecuada a nivel actoral, muy creíble y emotiva, y ofreció una voz realmente amplia y homogénea. Clifton Forbis presentó un Florestan de emisión metálica y entubada y de escaso matiz. Correcto el don Pizarro de Terje Stensvold, todo un veterano el melodioso Stephen Milling como Rocco. Anders Larsson cumplió en el breve papel de don Fernando y Elena de la Merced sorprendió con una muy interesante Marzelline. Matthias Klink presentó un atractivo Jaquino a nivel vocal y más que correctos los dos únicos prisioneros con voz propia, Xavier Martínez y Gabriel Diap.