Literatura

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William Shakespeare lectura nueva de sonetos viejos

Retrato de William Shakespeare,
Retrato de William Shakespeare,larazon

No hay un único Shakespeare. Existen muchos más. Uno diferente por cada generación que lo traduce y lo lee. Un texto soporta mejor los vaivenes y modas sujetas al paso del tiempo en su lengua original que en las adoptivas. Andrés Ehrenhaus ha asaltado la rima del bardo inglés con el propósito de rejuvenecerlo y reunir lo que se había desvinculado en las ediciones anteriores: los sonetos y el poema «Lamento de una amante». Recupera así la estructura de la edición príncipe de la obra. «1608 y 1609 fueron años de peste. Los teatros se habían cerrado y la publicación de textos dramáticos se habían suspendido, como los corrales, que, en estas circunstancias, se convertían en focos de contagios. Este editor salió del apuro publicando los sonetos de un dramaturgo conocido junto al «Lamento...». Eran unas ochenta páginas en un tamaño de cuaderno», aclaró Ehrenhaus. El volumen, publicado por Galaxia Gutenberg, ha incluido, también, una conferencia que el filólogo y crítico español Claudio Guillén dedicó al autor británico.Para el lector «corriente»«La principal preocupación de mi trabajo era que el lector corriente los entendiera, porque ya los lectores medios de la época de Shakespeare los comprendían perfectamente. Estos sonetos los tiene que entender cualquiera. Puede que existan lecturas más cultas, pero todo el mundo debe acercarse a los poemas sin problemas», comentó el traductor. Con estas premisas se ha ofrecido una versión nueva, un lavado de cara, para adaptar este poemario, uno de los más célebres de la historia, a un español más cercano y, procurar, así, que el lector decida con libertad cuál es la interpretación de unos versos que, en ocasiones están «subidos de tono o son realmente explícitos».

¿Y si no fueran suyos?«Hay que desmitificar a Shakespeare –insistió Ehrenhaus ayer–. Es un gran autor. Hereda la sensibilidad, la intuición y el empuje de su siglo, porque cada autor es hijo de una época». Por eso, comentó que Borges decía a menudo de sus sonetos que «no eran perfectos» y que, si se descubriera ahora que en realidad no son suyos, «se leerían de otra manera, como acaba de ocurrir con las pinturas de Goya» .