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Donald Trump

Trump renuncia a su defensa en la nueva etapa del “impeachment"

Este miércoles el Comité Judicial del Congreso celebra la primera audiencia en el proceso de destitución del presidente

Trump and First lady depart for London
Donald J. Trump y su mujer, Melania Trump, abandonan la Casa Blanca para poner rumbo a Londres, donde el presidente de EE UU participará en la cumbre de la OTAN02/12/2019 ONLY FOR USE IN SPAINContactoContacto

La Casa Blanca y el presidente de EE UU han rechazado la oportunidad de personarse durante el inicio de la discusión del posible impeachment. El proceso, que arranca este miércoles ante el Comité Judicial del Congreso, no contará así con la presencia de un representante legal de parte de Donald Trump. Una decisión plenamente coherente con la táctica adoptada hasta el momento por el presidente, que prefiere la confrontación absoluta antes que un acatamiento de las vías convencionales que puede confundirse con un supuesto reconocimiento.

Si el posible “impeachment”, motivado por la llamada telefónica de Trump a su homólogo ucraniano, Vladimir Zelenski, responde a una pura conjura de sus enemigos políticos, si nunca hubo “quid pro quo”, si el Gobierno de EE UU jamás paralizó la ayuda económica y militar a Ucrania, y si todo se reduce a un complot para triturar la voluntad popular, entonces no cabe enviar a un abogado, colaborar con los investigadores o transigir en ningún momento con quienes pretenderían desairar el mandato popular.

En una carta dirigida al presidente del Comité Judicial, el demócrata Jerrold Nadler, el abogado del presidente, Pat Cipollone ha explicado «No pueden esperar que participemos en una audiencia mientras los testigos aún no se hayan nombrado y mientras no esté claro si el Comité Judicial garantizará al presidente un proceso justo mediante audiencias adicionales. «Más importante aún», añade Cipollone, «una invitación a una discusión académica con profesores de derecho no proporciona al presidente ni siquiera la apariencia de un proceso justo. Por consiguiente, en las circunstancias actuales, no tenemos la intención de participar en su miércoles audición».

Trump, entre tanto, cruzaba el Atlántico para participar en el 70 aniversario de la OTAN. Dirigiéndome a Europa para representar a nuestro país y luchar duramente por el pueblo estadounidense», escribió en Twitter, «mientras los demócratas que No Hacen Nada han programado deliberadamente una audiencia tramposa en la misma fecha que la OTAN. ¡No está bien!». En realidad, luego de que hayan concluido las audiencias, el siguiente paso era la reunión del Comité Judicial. No en vano la pretensión de los demócratas es dejar zanjado el caso y votarlo en la Cámara antes de las vacaciones de Navidad.

En la línea de todas sus declaraciones previas, orientadas a destruir cualquier vestigio reputacional del Congreso, incluidos los testimonios de colaboradores como el embajador Sonland, comentó que «Los demócratas que No Hacen Nada obtienen 3 abogados constitucionales por su acusación falsa (¡los van a necesitar!), mientras que los republicanos sólo obtienen uno. ¡Oh, eso suena justo!». Su indignación, y su guerra total contra el procedimiento, cuenta con el respaldo de un partido republicano que, al menos de cara al exterior, no muestra fisuras. Así, la presidente del Comité Nacional Republicano, Ronna McDaniel, pata negra del partido, nieta del ex gobernador de Michigan, George W. Romney, y sobrina del senador, y ex candidato a la Casa Blanca, Mitt Romney, ha denunciado el supuesto bloqueo del legislativo.

«Solo quedan 8 días hábiles en el calendario del Congreso este año», ha escrito, «y en lugar de atacar a Donald Trump, Pelosi debería trabajar con los del otro lado del pasillo por una vez y votar en USMCA [por el acuerdo comercial entre EE UU, México y Canadá]». «¡El pueblo estadounidense quiere que sea aprobado!», exclamaba airada McDaniel. Al otro lado de la bancada, entre tanto, es muy posible que la presidenta del Congreso, Nancy Pelosi, especule atormentada respecto a los prejuicios de un “impeachment” que amenaza con devorar toda la campaña a la Casa Blanca y estrangular los intentos de sus candidatos por evitar una lucha a cara de perro con un Trump cada día más fuerte.