Actualidad

Francia

La movilización contra Macron se desinfla

El primer ministro, Edouard Philippe, presentará este miércoles el proyecto de la reforma de las pensiones

National strike in France
Manifestantes contra la reforma de las pensiones en la plaza de Denfert-Rochereau de París este martesIAN LANGSDONEFE

Si la calle es un termómetro del descontento, el Gobierno francés ha tomado este martes un leve respiro en el pulso a brazo tendido que libra con los sindicatos por la reforma de las pensiones que lleva seis días dejando semiparalizada a Francia. Un respiro por la considerable reducción en número de manifestantes que han salido a la calle a protestar.

Según Interior, 339.000 personas en esta segunda jornada de huelga, menos de la mitad del pasado jueves cuando las autoridades constataron 800.000. Las cifras que ofrecen los sindicatos organizadores son muy distintas pero también reflejan ese descenso tan acusado: 885.000 en su recuento de ayer por un millón y medio del pasado jueves.

Este descenso tan notable se explica porque la tasa de huelguistas ha bajado en algunos sectores que estuvieron muy movilizados la semana pasada. Uno de ellos es el de la Educación. Ayer la tasa de huelguistas entre primaria y secundaria estuvo en un 12,5% mientras que el jueves pasado llegó al 51% según cifras aportadas por el ministerio de Educación.

El sector de los transportes es el que continúa más movilizado y por ello la situación de parálisis se sigue manteniendo en las principales urbes, algo que fue especialmente visible en las entradas a París con más de 400 kilómetros de atascos ya que el recurso del automóvil, bien sea propio o compartido, está siendo la única opción para muchos trabajadores. En total, sólo uno de cada cinco trenes de alta velocidad han circulado en territorio francés y el metro parisino continúa con casi todas sus líneas paralizadas.

La de este martes era una jornada importante, el día en el que los sindicatos pretendían mantener su músculo en las calles de cara a someter a más presión al gobierno ante la crucial declaración que hará hoy a primera hora de la tarde el primer ministro, Edouard Philippe, en la que revelará los detalles de la reforma de las pensiones que pretende aglutinar en un solo modelo los 42 regímenes especiales que conforman el complejo sistema francés y que, a ojos del gobierno y de buena parte de la opinión pública, deriva en injusticias intersectoriales que deben ser aplacadas.

Todas las miradas y la presión están ya puestas en el anuncio que hoy haga Edouard Philippe y las reacciones que lleguen después. El gobierno ya ha anunciado por activa y pasiva que no retirará la reforma pero, ¿hasta dónde está dispuesto a hacer concesiones para calmar la explosiva situación social? Es la pregunta con la que en ls últimas horas se especula en todos los medios de comunicación. Entre las concesiones posibles, figura dejar para más adelante las medidas de ahorro para reducir el déficit del sistema. Otra concesión implicaría aplazar la entrada en vigor de la ley, prevista inicialmente para 2025. En vez de aplicarse para los nacidos en 1963 solo se verían afectadas las generaciones nacidas a partir de 1973 o 1974. El Gobierno también contempla fases de transición adaptadas para los trabajadores que disfrutan hoy de los llamados “regímenes especiales”, que permiten jubilaciones anticipadas con beneficios elevados.

También está sobre la mesa la posibilidad de que algunos grupos considerados de alta peligrosidad como policías o militares no pierdan parte de sus beneficios tras la reforma. Y a partir de esas concesiones, al gobierno de Macron le podrán surgir dos frentes. El de los que sigan en la calle porque no consideren que son suficientes las concesiones y el de los que crean que ha descafeinado tanto la reforma que la ha convertido en un artilugio artificial sin valor de equidad y que mantiene las situaciones especiales de ciertos sectores privilegiados. Una teoría en la que basaba su principal editorial de portada el diario Le Figaro este pasado fin de semana. Todo un campo de minas que de nuevo tendrá que salir a atravesar el “soldado” Philippe.