Irán

¿Se puede contener el aumento de las tensiones entre Washington y Teherán?

Israel y Arabia Saudí pueden convertirse en objetivo de represalias de milicias pro iraníes. Y las tensiones podrían provocar la reagrupación del Estado Islámico en Irak y Siria

Protesta contra la guerra entre EE.UU. y países del Medio Oriente, en Los Ángeles.
Manifestantes se reúnen en la Plaza Pershing en oposición a cualquier participación militar de Estados Unidos en el Medio Oriente en Los Ángeles, California, Estados Unidos.DAVID SWANSONEFE

Hay que aclarar que las tensiones entre Washington y Teherán no van a desencadenar una guerra abierta. Era poco probable incluso en el momento en el que la tensión llegaba a su apogeo, antes del discurso del presidente Trump. Ni a Estados Unidos ni a Irán les interesa iniciar una guerra. Además, la Administración Trump siempre se ha mantenido -a pesar de las declaraciones más osadas- fiel a su política de retirada de Oriente Medio.

De hecho, Irán no se habría atrevido nunca a provocar una guerra abierta con EE UU. El desequilibrio de fuerzas es muy notable. Y más teniendo en cuenta que el conflicto no se llevaría a cabo como una invasión del territorio iraní, que sería el único escenario en el que -debido a las características geográficas de la nación persa- Teherán podría tener una ventaja estratégica real.

Una bomba de relojería en Oriente Medio
Una bomba de relojería en Oriente MedioTania Nieto

Sin embargo -y a pesar del optimismo de algunos expertos- las tensiones entre ambas potencias siguen siendo altísimas, y la próxima ronda de represalias podría venir -de forma indirecta- a través de los simpatizantes pro iraníes de la región, con o sin el consentimiento de Teherán.

El Estrecho de Ormuz -a través del cual transita un tercio del petróleo mundial- ya es un foco de grandes “conflictos” entre estadounidenses e iraníes. Y ahora, lo más lógico es que experimente un incremento de las tensiones a corto/medio plazo. La presencia de las fuerzas navales occidentales sigue siendo alta en la zona. Incluso la Armada de la India anunció el despliegue de sus buques de guerra en la región para tratar de garantizar la seguridad del comercio marítimo y poder responder eficazmente a las contingencias. Otras naciones como Japón -que generalmente no están interesadas en desplegar activos militares en el extranjero- están enviando un buque militar para escoltar a sus cargamentos.

Algo que suele pasar desapercibido es que la muerte del general Qassem Suleimani también ha provocado una ola de descontento en Irak, donde el aura que le rodeaba le dio el estatus de “señor de la guerra”. Consiguió ser venerado por los partidarios pro iraníes, algo que es probable que empeore una situación que ya es tensa de por sí. El turbulento líder chií iraquí, Moqtada Sadr, ha reactivado a la milicia “Ejército Mahdi”, que fue disuelta después de haber hostigado -con éxito- la presencia estadounidense en Irak entre los años 2003 y 2011. Ahora el clérigo ha conseguido reclutar a los exaltados que aspiraban a unirse a las milicias chiíes. Por lo que Irak también podría convertirse en el centro de una confrontación “indirecta” entre Teherán y Washington.

También cabe la posibilidad de que la actual escalada le de las armas a Irán para formar frente chií en la región. Sin embargo, la influencia de Irán tampoco debe ser exagerada: según varios expertos, la “zona de influencia” de la República Islámica es mucho más débil de lo que uno podría pensar. Como se dijo antes, es mucho más probable que Teherán recurra a sus fuerzas y a milicias chiíes para hacer la guerra a las fuerzas estadounidenses y sus aliados en la región.

Conflicto Oriente Medio
Conflicto Oriente MedioTania Nieto

Tras el ataque contra el general Suleimani, las Brigadas de Hezbolá han amenazado con más ataques contra las tropas estadounidenses en la región. En su sitio web, KH (Kata’ib Hezbollah) dijo: “Las Brigadas de Hezbollah llamamos a todas las fuerzas militares y de seguridad populares y nacionales a prepararse para un nuevo capítulo en las páginas gloriosas de expulsar al enemigo estadounidense de nuestra tierra santa”, decía la milicia en respuesta a los ataques. Al Mayadeen, un medio pro libanés de Hezbolá, citó al comandante militar de KH, Abu Ahmad al Basri, diciendo que" en espera de órdenes, nuestras fuerzas están listas para destruir las bases de los ocupantes estadounidenses y aplastarles las cabezas podridas ".

Así es como Israel podría ser el blanco de las milicias aliadas de Irán. Según los informes, el Ejército israelí ha aumentado sus sistemas de defensa aérea y terrestre en previsión de posibles represalias por parte de Hezbolá en el Líbano o Hamas y la Yihad Islámica en la Franja de Gaza.

De manera similar, Arabia Saudita también podría convertirse en un objetivo en esta confrontación, no solo considerando los recientes ataques contra sus instalaciones petroleras, sino también sus fuertes lazos con los Estados Unidos.

Finalmente, las crecientes tensiones podrían beneficiar al EI en Siria e Irak. Se espera que el grupo terrorista, que pasó a la clandestinidad, explote la situación en la región.

Tensión en Oriente Medio
Tensión en Oriente MedioTania Nieto

La coalición internacional anti-EI anunció recientemente que suspendería el entrenamiento de las fuerzas iraquíes y la lucha contra el grupo terrorista, porque ahora está “totalmente dedicado a proteger las bases iraquíes que albergan a [sus] tropas”. Esta suspensión podría resultar beneficiosa para las fuerzas del Estado Islámico en la región, particularmente porque los ataques de la coalición han demostrado ser muy efectivos contra el grupo. Aunque el nuevo status quo en Irak no se traducirá en la toma de control de las ciudades por parte del Estado Islámico, podría garantizar al grupo una nueva libertad de movimiento, comunicación y logística. El IS podría tener una mayor capacidad de reagrupación para llevar a cabo sus ofensivas.

Esto se sumará a la complejidad política de Irak y una retirada constante de EE UU de la lucha contra el EI en Irak. Podría incluso aumentar el margen de maniobra de las milicias iraníes y chiítas en el país, creando condiciones favorables para una nueva expansión del EI.