Venezuela
El avance estratégico de Guaidó y su alineación con Europa y América
La tragedia que se vive en Venezuela es culpa del régimen despótico que usurpa el poder desde el año pasado y no hay solución ni salida que no pase por la realización de unas elecciones presidenciales libres
La sorpresiva gira internacional de Juan Guaidó logró no solo la ratificación de su reconocimientocomo presidente reelecto de la Asamblea Nacional de Venezuela y como presidente encargado del país, sino algo mucho más importante que representa un avance estratégico, la alineación de Europa y América en torno a una solución viable: la realización de elecciones presidenciales libres. Su legitimidad no tiene duda en todo el hemisferio occidental, más allá de los matices de cada país y gobierno.
“Es presidente encargado para llamar a elecciones presidenciales” fue la interpretación más tibia, dentro de un concierto de apoyos y reconocimientos que superaron cualquier expectativa y que contrastan con el aislamiento y desconocimiento de la tiranía madurista, retratada en paralelo con el escándalo de Delcy Rodríguez de polizona en Barajas.
En público y en privado el discurso del presidente Guaidó fue el mismo. La tragedia que se vive en Venezuela es culpa del régimen despótico que usurpa el poder desde al año pasado y no hay solución ni salida que no pase por la realización de unas elecciones presidenciales libres. El respaldo internacional a esta posición tiene una gran importancia porque aborta la jugada de Maduro de usar el vencimiento del periodo legislativo como un chantaje para desviar la atención hacia un proceso electoral parlamentario sin solventar primero el vacío de poder.
El caso es que las elecciones que sí están vencidas desde hace más de un año son las presidenciales, razón por la cual Juan Guaidó es presidente encargado. Son esas elecciones y no otras las que por mandato constitucional han debido hacerse ya, cosa que no ha pasado porque existe un régimen usurpador y dictatorial ejerciendo el poder de facto. Por tanto la lucha es por hacer valer la constitución, convocando unas elecciones presidenciales libres.
No serán los usurpadores que coleccionan hoy a cientos de presos políticos, que crearon una Constituyente permanente e ilegítima, que ilegalizaron los partidos, que ejecutan sistemáticamente ajusticiamientos extrajudiciales y que desconocen el parlamento; los que vengan a chantajear ahora alegando un solo artículo de una constitución que ellos violan diariamente y que derogaron de facto. Sin embargo, es preciso hacer desde ya un análisis sobre el tema para aclarar la situación en términos jurídicos.
¿Qué pasa si se vence el período legislativo en vigencia de la usurpación actual y no es posible realizar elecciones libres? La constitución no prevé ese escenario como sí lo hace por ejemplo en lo que respecta al período presidencial, en cuyo caso asume el presidente del Parlamento como sucede actualmente. Pero existe sobrada jurisprudencia, doctrina y precedentes concretos como para entender que en ese caso continúan en ejercicio los mismos parlamentarios hasta que sean electos debidamente sus sustitutos. Es lo que se conoce como continuidad administrativa y ha sucedido ya en Venezuela en Concejos Municipales y Asambleas Legislativas. Incluso este principio jurídico universal aplicable también en el caso de las juntas directivas en el mundo corporativo, fue alegado para justificar el cuarto mandato de Hugo Chávez sin necesidad de ser juramentado.
El caso es que no sería la primera vez que un legislador se mantenga en su cargo por más tiempo del previsto, como tampoco sería la primera vez que una elección se retrase y realice después de su previsión constitucional.
Más allá de lo anterior debemos también precisar que en Venezuela no hay democracia ni mucho menos normalidad institucional. Y si de alegar la constitución se trata, los artículos 333 y 350 deben privar sobre el resto mientras exista la usurpación de parte del régimen antidemocrático y hasta que la vigencia de la constitución se restituya. Por tanto es falso lo que dice el tirano de que “tocan” elecciones parlamentarias. Lo que toca en Venezuela es salir de Maduro, elegir un nuevo presidente y restituir la democracia. Luego, tocarán todas las elecciones que hagan falta, y en cualquier caso se requerirán condiciones electorales adecuadas.
Esta es la lucha que encarna el presidente Juan Guaidó y que lo convierte en referente mundial de la defensa de la libertad y la democracia, como quedó demostrado en su exitosa gira con la que alineó al mundo occidental en torno a una idea fuerza irrebatible y necesaria: elecciones presidenciales en Venezuela para recuperar la libertad, restituir la democracia y reconstruir el país.
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