Internacional

Francia estudia medidas para evitar la infiltración yihadista en la Policía y el Ejército

España cuenta con planes operativos para detectar posibles radicalizaciones

The main buiding of the Gendarmerie is seen in Dieuze
Imagen del cuartel de la Gendarmería atacado por el presunto yihadistaVINCENT KESSLERReuters

Dos casos en cuatro meses. Las alarmas han saltado en Francia ante la realidad de que individuos que actualmente forman parte de las Fuerzas de Seguridad y Fuerzas Armadas sean terroristas en potencia al haberse radicalizado en el yihadismo.

España tiene planes y protocolos de actuación tanto para las Fuerzas de Seguridad como para los ejércitos, que no se revelan por motivos operativos, con el fin de evitar infiltraciones yihadistas o que conversos al Islam puedan actuar con los conocimientos que adquieren en sus unidades, según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas.

Los responsables gubernamentales del vecino país estudian planes para evitar la acción de estos individuos, que se hacen extensibles para los que trabajan en aeropuertos e instalaciones que, por sus características e interés estratégico, deben tener unas normas de control de seguridad estrictas.

La actuación de las bandas terroristas demuestra que caen en la reiteración, ya que se trata de personas a las que, una vez que deciden cometer un atentado, no les importa perder la vida.

El hombre que usó un cuchillo para atacar a los gendarmes en el cuartel de la localidad de Dieuze era un soldado en prácticas, según han confirmado las autoridades galas. Es el segundo caso en cuatro meses de un asalto terrorista de un miembro de las Fuerzas Armadas y los servicios de seguridad de Francia.

El asaltante hirió a un oficial en la mano. Un gendarme disparó e hirió al agresor, que se encuentra en el hospital. Según diversas fuentes, minutos antes del ataque, un descocido llamó a la policía para informar que pertenecía a las Fuerzas Armadas y que Iba a cometer un atentado.

En octubre del año pasado, Mickael Harpon, un asistente de tecnología de la información que trabajaba en la sede central de la Policía en París, asesinó a cuatro funcionarios antes de ser abatido a tiros. Harpon era un converso al Islam y había mostrado signos de posible radicalización antes del ataque, pero no se inició ninguna investigación formal y mantuvo su trabajo.

"Se ha confirmado que el atacante era un joven soldado, que completó dos meses en entrenamiento inicial y actualmente en su período de prueba", ha escrito la ministra de las Fuerzas Armadas, Florence Parly, en Twitter. "No estaba de servicio en el momento del incidente. Ahora corresponde a las autoridades judiciales investigar la motivación de este ataque, que condeno", ha añadido.

Según un informe del Centro de Análisis del Terrorismo (Centre d'analyse du terrorisme, CAT), publicado el pasado mes de diciembre por Le Figaró, unos 30 soldados franceses se unieron a organizaciones yihadistas en Siria e Irak desde 2012, con lo que ello supone de aportar a estas bandas su experiencia y conocimiento de la guerra. Pertenecían a unidades de élite como la Legión Extranjera, los fusileros de los marines, los paracaidistas, etcétera.

El informe, que detallaba los antecedentes de 23 personas con sus motivaciones, argumentaba que mientras que las Fuerzas Armadas son un "objetivo estratégico de reclutamiento", "la radicalización islamista sigue siendo marginal dentro de los ejércitos".

El documento señalaba que las autoridades vigilaban de cerca a los militares radicalizados o a los que pueden ser radicalizados por el Islam y que la legislación francesa se ha reforzado en los últimos años, en particular para permitir que se lleven a cabo investigaciones administrativas sobre las personas que ya están en el cargo.