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Francia

El “caso JeSuisMila” parte en dos a la izquierda francesa

Mientras los socialistas se solidarizan con la adolescente amenazada por blasfemia contra el islam, los sectores feministas y laicistas le restan importancia

La adolescente de 16 años necesita vigilancia policial tras defender en las redes sociales su derecho a blasfemar contra el islam larazon

El caso de la adolescente Mila continúa generando encendidos debates en Francia mientras que el destino de esta joven de 16 años es toda una incógnita. Este jueves el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer ha anunciado que el estado francés ha encontrado una fórmula para reescolarizar a la joven en total discreción tras todo el revuelo que su caso ha producido a todos los niveles en Francia. Desde las redes sociales hasta las instituciones pasando por los medios convencionales y la Justicia. Su destino pretende ser guardado bajo el máximo secreto. Y todo ello por blasfemar.

Hace dos semanas la joven publicaba un vídeo en su cuenta de Instagram criticando al islam. "Odio la religión, en el Corán solo hay odio, el islam es una mierda. Es lo que pienso, joder, puedo decir lo que pienso. No soy racista, no se puede ser racista contra una religión. A vuestro dios le meto un dedo en el culo", afirmó la joven, de 16 años, residente en la región de Lyon. Este vídeo era respuesta de Mila a un seguidor suyo que previamente la calificó "puta lesbiana y racista", después de que ella, lesbiana declarada, dijera que no se sentía atraída por las chicas árabes. La grabación fue reproducida por múltiples usuarios y ha llegado a sumar millones de visualizaciones, lo que ha desencadenado numerosas amenazas de muerte contra la joven, quien no ha podido volver al instituto donde estudiaba.

Y la tormenta desatada por el caso ha llegado a la mismísima Asamblea Nacional francesa. "Mila y su familia tienen vigilancia particular y protección por parte de la Policía Nacional", anunció este miércoles el ministro francés del Interior, Christophe Castaner, en sede parlamentaria. Mientras, las autoridades están intentando averiguar quiénes son los autores de las amenazas, sobre los que pesa una investigación que podría tener consecuencias penales de hasta cinco años de prisión y multas con tope de 45.000 euros según la ley francesa.

El incidente ha servido para relanzar el debate sobre la blasfemia, que no está recogida como delito en la ley francesa, aunque sí se castiga la difamación contra individuos. Hasta el presidente del país, Emmanuel Macron, se ha pronunciado sobre la cuestión y ha recordado, en declaraciones a la prensa, que en Francia "hay libertad de expresión, derecho a caricaturizar y a blasfemar".

El abogado de la joven, Richard Malka, el mismo que lleva los asuntos del semanario Charlie Hebdo, ha comentado que le parecía "triste" que ciertos grupos feministas y partidos de izquierdas, "que tradicionalmente defienden que Francia es un país laico", no apoyaran a Mila. De posiciones ambigüas ha querido desmarcarse el actual secretario general del partido socialista francés, Olivier Faure, quien no ha dudado en afirmar en los últimos días “Je suis Mila”, sin matices. El problema para otras sensibilidades de izquierdas es que algunos de sus representantes intentan minimizar la importancia del caso tachándolo de “disputa de adolescentes” o intento trazar falsas equidistancias entre la blasfemia y la amenaza.

En plena batalla en redes sociales entre quienes apoyan a Mila (bajo el hashtag JeSuisMila) y los que no (JeSuisPasMila), la joven ha defendido esta semana en una entrevista para la cadena TMC su derecho a blasfemar. Una explicación sencilla que ha vuelto a ser viralizada en redes. " Siento un poco de pena hacia las personas a las que podría haber herido que practican su religión en paz, y nunca quise apuntar a los seres humanos. Simplemente quería blasfemar. Hay una diferencia entre la religión y las personas. Y la gente que no es capaz de notar la diferencia es idiota", afirmaba Mila en la entrevista.

De todos los apoyos que ha recibido durante estos días la joven, sin duda, hay uno muy especial. El de la revista satírica Charlie Hebdo. Mila Orriols ha recibido un pequeño homenaje en el último número de la revista que acaba de aparecer en los kioskos. El semanario publica un especial dedicado a la blasfemia con un estudio del centro demoscópico Ifop según el cual la mitad de los franceses está en contra del derecho a la blasfemia. En portada, la ministra de Justicia aparece caricaturizada con un viñeta en la que dice: “Ateos, os meto un dedo en el culo”.

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