Coronavirus
La salud de Boris Johnson afronta su semana más crítica
El primer ministro británico ha seguido la evolución propia de los pacientes que peor reaccionan al coronavirus.
El agravamiento del estado de salud del primer ministro británico, Boris Johnson, tras diez días de dar positivo por coronavirus, ha sorprendido a los británicos, que hasta ahora habían estado relativamente tranquilos por los síntomas leves que el político había manifestado hasta el domingo. Pero el “guión” de su enfermedad ha seguido los pasos típicos de los pacientes más frágiles ante el Covid-19, según especialistas consultados por LA RAZÓN.
“Yo no puedo dar una opinión sobre el caso personal de Boris Johnson porque obviamente no lo conozco al detalle, pero en general es muy frecuente en los casos de infección. Dando positivo o negativo, da igual, porque el paciente puede dar hoy negativo y positivo tres días después, existe un periodo de ventana o incubación, como le pasó a la vicepresidenta Carmen Calvo en España”, asegura Jesús Sánchez Martos, catedrático de Educación para la Salud de la Universidad Complutense de Madrid.
El hecho evidente es que según avanzaban los días, tras dar positivo el pasado día 27, Boris Johnson iba mostrando peor aspecto en los sucesivos vídeos que dirigió a los británicos. “En la evolución clínica de la enfermedad es cierto que se observa que hay un aumento del proceso inflamatorio agudo en los bronquios del pulmón a partir del octavo o décimo día. No en todos los casos, afortunadamente. A partir de ahí es cuando comienza el infiltrado alveolar y esa neumonía que a veces es bilateral, con lo que el sistema de defensa disminuye y la enfermedad se agrava”, añade el doctor Sánchez Martos.
“Parece que estamos ante uno de esos pacientes que empeoran tras los primeros días, con dos fases claras. Una que podemos atribuir directamente al virus y una segunda que es más una reacción exagerada frente al virus, que es lo más grave y que pensamos que es lo que mata. Esta evolución es más la norma que la rareza”, asegura el jefe de Microbiología de uno de los grandes hospitales españoles que prefiere no identifcarse para evitar cualquier tipo de protagonismo.
“Entre los cinco y diez primeros días se dan unos síntomas que pueden ser llevaderos, pero luego hay un grupo de personas que sobrerreacciona a la enfermedad, que sufre infiltraciones pulmonares, que se deterioran, que necesitan oxígeno y a veces tiene que ir a la UVI. Este caso es más frecuente cuanto más edad tiene la persona y también en pacientes obesos”, como sería el caso del primer ministro, comenta este especialista.
Boris Johnson podría estar por tanto incluido dentro del grupo de pacientes más expuestos ante la pandemia y esta próxima semana será crucial para controlar la enfermedad. “Ante el coronavirus nos entramos que hay gente que ni se ha enterado que lo ha tenido y se lo detectas por una prueba, hasta los que tienen manifestaciones mínimas como tos, o gente con tos más fuerte o cansancio pero que no tiene neumonía. De estos últimos algunos evolucionan a infiltrados bilaterales que si son jóvenes lo toleran bien. Si son mayores y tienen una función pulmonar limitada y sufren otras situaciones que favorecen la reacción inflamatoria, ahí está el riesgo. En ese grupo paciente se sitúan los que se mueren”, detalla el microbiólogo.
El cuerpo del “premier” no ha podido hasta ahora con el Covid-19. “Por los pocos datos que están dando a los medios, Boris Johnson es un paciente de los que se van poniendo peor con los días y sus médicos han pensado que estaría más protegido en la UCI, poniéndole oxigenoterapia, que puede ser o con mascarilla o las gafitas nasales a determinada concentración de oxígeno -depende de cada paciente- y luego si es necesario pasaría a necesitar un respirador. Este siempre se aplica con la intubación. Pero que pase un paciente a una UVI o una UCI, y esto es para todos los familiares, no significa que implique muerte, significa que el enfermo va a estar mucho mejor atendido y vigilado”, puntializa Sánchez Martos.
“Ahora la evolución es lenta, empieza el periodo más crítico. La media de la gente que se ha muerto por coronavirus en China tras ingresar en la UVI ha sido de siete días. Ésa es la media por esta enfermedad, luego está la gente que puede fallecer por las complicaciones aparejadas a esas UVI, relativamente mal nutrido, con cateter, expuesto a patógenos ambientales... Desde que una persona ingresa muy mal en una UVI y la ventilan la mortalidad puede oscilar entre el 20 y el 70%”, incide n
Y llegados a este punto, “el oxígeno es clave, mantener una oxigenación de la sangre buena”, coincide el especialista. Actualmente Johnson tiene respiración asistida, pero los médicos tendrán que recurrir a él si no ven progresos. “La gente normal inspira el oxígeno del aire ambiente. Si tenemos una persona limitada hay que proporcionárselo, en cantidades cada vez más altas si no mejora, y con artilugios distintos, Y, finalmente, el último paso es ponerle un tubo en la tráquea y ventilarle mecánicamente, es decir no sólo meterle oxígeno sino moverle los pulmones. Pero antes de eso se intenta al máximo que el paciente se oxigene sin recurrir a este paso, que es lo que llamamos ventilación mecánica, que supone cerrarte la tráquea, meterte un tubo -como si metiéramos en un globo y cerrásemos la boquilla- y entonces inflas y desinflas a tu juicio”, añade.
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