Pandemia
Santiago Cabanas: “No hay fecha pero retomaremos la visita de los Reyes lo antes posible"
El embajador español en EE UU reconoce que "hemos respondido a más de 9.000 correos electrónicos y 4.600 llamadas al teléfono de emergencia por el coronavirus
Santiago Cabanas (Madrid, 1954) tomó posesión del cargo como embajador de España en Estados Unidos el 17 septiembre de 2018, al presentar sus cartas credenciales al presidente Donald Trump. Apenas unos días después de su llegada, abrió las puertas de su residencia en Washington a cientos de españoles residentes para celebrar el Día de la Hispanidad. Cercano con los compatriotas y también con la prensa, ha organizado más encuentros con los medios en sus meses al frente de la Embajada que muchos embajadores en años de mandato.
Cabanas fue subdirector general de Europa Oriental y de Relaciones Culturales y Científicas, así como director del Gabinete del Ministerio de Asuntos Exteriores. Embajador en la República Checa, el Reino Hachemita de Jordania, la República Argelina Democrática y Popular, cónsul general en Miami y director general de Asuntos Consulares y Migratorios.
Destinado en la representación de España en un Irán en guerra en 1985, su actual desafío profesional al frente de una de las embajadas más importantes del mundo para nuestro país, en medio de la crisis por la pandemia del coronavirus, le recuerda a un tiempo pasado que tampoco fue mejor. Ante la incertidumbre y situaciones de pánico: mucha información, atención de emergencias las 24 horas y un equipo “extraordinario” al servicio de las 200.000 personas que forman parte de la comunidad de españoles en Estados Unidos.
- Esta pandemia ha paralizado el mundo en tiempo récord. ¿Es el mayor reto al que se ha enfrentado en su carrera profesional hasta ahora?
-A pesar de que llevo muchos años en esta profesión, éste es efectivamente uno de los mayores desafíos de mi carrera. Empecé en un país en guerra, en Irán, en situaciones muy complicadas para los españoles que vivían ahí y, de alguna manera, me recuerda a esa época de mi vida en la que intentábamos darles apoyo en momentos muy difíciles. Me recuerda a aquellos momentos de tensión, a principios de 1985, de mucha dificultad y de gran necesidad de ayuda de nuestra comunidad. La situación es distinta, pero tanto en la Embajada como en los consulados todos tenemos esa sensación de emergencia, de que nuestra comunidad nos pide un esfuerzo añadido.
-¿Cuántos españoles viven en Estados Unidos?
-Tenemos unos 200.000 españoles en EE UU. Hay unos cuantos miles más que residen aquí, pero no están inscritos en los consulados porque están poco tiempo o porque no lo consideran necesario.
-Y, ¿qué es lo que más les preocupa a los españoles en este momento?
-Nos piden ayuda y que les expliquemos muy bien lo que necesitan saber, aunque muchas veces también tenemos que tranquilizarles. Nuestros cónsules y la gente que atiende el teléfono de emergencias me dicen que a veces simplemente con una conversación, aunque no se pueda solucionar un problema concreto, ya les ayuda. Ahora estamos haciendo ese gran esfuerzo de atención personalizada, apoyados por nuestra ministra, para ayudar a la comunidad en estos momentos de crisis.
-Estados Unidos se ha convertido en el epicentro de la epidemia del Covid-19. Se espera que esta semana y la próxima sean las más complicadas, cuando se alcance el pico más alto de contagios y muertes. ¿Cuál va a ser su prioridad y cómo se han preparado para afrontarla?
-Que sea leve y que pase pronto, confiemos en que no empeore la situación. Por las noticias que nos llegan se ven algunos atisbos de esperanza, aunque no de manera tan clara como en nuestro país. Parece claro que las medidas que España e Italia han puesto en práctica están dando resultado. Mis hijos están en Madrid y, aunque sean jóvenes y les afecte menos, no dejas de preocuparte, sobre todo en la distancia. Aquí en EE UU esas medidas se aplicaron unos días después, por lo tanto tenemos que esperar un poco más, pero hay señales de esperanza. Nadie puede saber lo que vamos a tardar en volver a una cierta normalidad, pero confiamos en que la situación se estabilice pronto y en que podamos seguir manteniendo el ritmo de trabajo actual y las prestaciones que damos con los consulados y la Embajada. Estamos abiertos y operativos. Confiamos en eso para poder ayudar mejor a todos.
-Así como con el 11-S cambió los protocolos de seguridad, dicen que esta pandemia también puede suponer un antes y un después. ¿Cómo será el mundo post Covid-19?
-Sin duda, todo va a cambiar. Tendremos que habituarnos a otras formas de relación social y eso tendrá un impacto grande en lo diario y cotidiano, y en la gran configuración de la relación de poderes del mundo. Aquí la dinámica ya ha cambiado. Y no hablo sólo de nosotros, desde las jefaturas de las oficinas, sino de muchos empleados, funcionarios, contratados laborales y tantos españoles con múltiples escenarios, que están haciendo un esfuerzo enorme. Tenemos a muchas personas intentando ayudar a los españoles, atendiendo las llamadas de emergencia y contestando a los correos día y noche. Agradecemos que se les reconozca ese esfuerzo.
-¿Cómo ha cambiado el día a día de la Embajada? ¿Con qué situaciones se han encontrado que hasta ahora no lo hubieran ni imaginado?
-Nos hemos tenido que acostumbrar a una nueva forma de trabajar, con muchos de nuestros funcionarios y contratados en el exterior teletrabajando, pero otros muchos también desde los consulados en primera línea, atendiendo a los ciudadanos españoles. Nuestra prioridad absoluta, y así lo ha dejado claro el Gobierno y nuestra ministra de Asuntos Exteriores, es la atención a los españoles. No nos olvidamos de otros asuntos, por supuesto, como la relación diaria con la Administración Trump y con el Congreso de EE UU, pero lo cierto es que nuestra gran prioridad hoy en día es atender a nuestros compatriotas.
-¿Cómo están llevando a cabo esa atención? ¿Con qué casos que nos pueda contar se están encontrando?
-Procuramos atenderlos a todos, aunque tenemos que distinguir entre los residentes y los transeúntes. A estos últimos, que estaban de paso, les recomendamos ya desde el inicio de la crisis que regresaran a nuestro cuanto antes a España, aprovechado que había vuelos directos. Especialmente si no tenían una situación de estabilidad o un buen seguro médico. En cambio, a los residentes, con quienes estamos muy en contacto, les aconsejamos que evitaran los desplazamientos. Muchos se han ido, otros se han quedado y estamos intentando atender a todos en sus necesidades.
-¿Qué tipo de necesidades tienen los españoles que se quedan?
-Hemos observado, como era de esperar, un aumento muy grande en las solicitudes de información. La gente quiere saber más. Quiere saber qué pasa, qué opciones de vuelos tienen, qué ocurre si su visado se expira, si su ESTA se termina, cómo pueden saber cuántos días de visado les quedan… En fin, hay mucha demanda de información que intentamos atender rápidamente, además de mantener nuestros servicios consulares al máximo. Hay asuntos que sólo se pueden hacer de forma presencial, como aquéllos que impliquen la fe pública notarial, los poderes, que exigen la presencia física del ciudadano que requiere ese servicio junto al Cónsul General, los pasaportes o los actos que requieren datos. Pero hay muchos otros casos que se pueden hacer y resolver telamáticamente, y lo estamos haciendo también a través de nuestros consulados generales.
-Para las que no se pueden resolver, ¿se les ha ofrecido algún tipo de prórroga sin consecuencias? Por ejemplo, españoles a los que les caduque el pasaporte o el visado…
-Claro. Muchas de las preguntas que nos llegan son de personas que están aquí con un visado o un ESTA y necesitan renovarlo. Por una razón o por otra, les transmitimos la información necesaria porque algunos procesos están en manos de autoridades estadounidenses, con quienes mantenemos una estrecha coordinación, tanto para los aspectos generales como para situaciones complejas. También estamos publicando mucha información a través nuestras redes sociales, que han aumentando considerablemente el número de usuarios y la interacción a raíz del coronavirus.
-¿Cuál destacaría como principal vía de comunicación con la comunidad española?
-El teléfono y los correos electrónicos. Tan sólo este último mes, tanto en la Embajada como en los nueve consulados de EE UU, hemos respondido a más de 9.000 correos electrónicos en relación con el coronavirus y hemos atendido unas 4.600 llamadas al teléfono de emergencia. Estamos actuando mucho a través del teléfono y del correo, puesto que nuestra atención directa se ha reducido, lógicamente. Hay servicios que no podemos prestar porque no son urgentes y también porque se ha reducido el número de los que se acercan en persona, al estar confinados, así como una parte de nuestro personal. Sin embargo, ha aumentado mucho el tráfico de las preguntas por correo y por teléfono, así como en redes sociales, que estamos utilizando también para divulgar la información.
-¿Qué uso le están dando a las redes sociales durante esta crisis?
-Estamos utilizando nuestras redes sociales para enviar mensajes y responder a preguntar y dudas, así como para informar directamente a la comunidad. Una de las cosas que más contabilizamos son las llamadas pidiendo precisamente esa información. Por ejemplo, en las últimas tres semanas, hemos aumentado cerca del 20% el número de usuarios en Twitter. Las visitas también han aumentado en más de un 300%, y más de un 100% el número habitual de los contenidos y nuestro alcance. En otras redes sociales, como Facebook o Instagram, las cifras son parecidas. Estamos haciendo un gran esfuerzo de llegar a todos los españoles.
-¿Destacaría alguna situación concreta de españoles a los que la pandemia haya potenciado su situación de vulnerabilidad?
-Nosotros atendemos a todos por igual, pero evidentemente hay grupos que nos preocupan un poco más que otros por ser más vulnerables. Pienso en tres, concretamente. Los menores de edad que estudian aquí en EE UU, los turistas españoles que estaban viajando en cruceros y han encontrado dificultades para poder embarcar en un avión de vuelta a España y también la cuarentena de presos españoles aquí en el país, así como los que están en proceso de deportación. Con todos estos casos estamos en contacto directo y ayudamos en las gestiones con las autoridades para ir solucionando todos los problemas que van planteando a la comunidad española.
-Algunos de esos casos que menciona, ¿los han podido culminar con éxito? De los jóvenes, por ejemplo, o de españoles que se hayan visto en la necesidad de ser expatriados?
-Sí. Con los menores, evidentemente nuestra preocupación era que pudieran salir los que quisieran o quedarse, estando nosotros informados de cada situación para mantenernos en contacto con las agencias y los familiares. Con los presos, por otro lado, nuestro esfuerzo es estar en contacto con ellos y con sus familias desde los consulados generales para intentar que estén en las mejores condiciones posibles en los centros penitenciarios. Y en cuanto a los deportados, en algún caso sí hemos conseguido que se acelerara el proceso, pero hay otros casos pendientes y los seguimos de cerca.
-¿Qué pasa con los españoles que se contagian o que necesitan ser atendidos? ¿Les ofrece la Embajada algún tipo de apoyo?
-No tenemos los casos de españoles contabilizados, pero sabemos que los hay y nos consta que han sido bien atendidos. La población residente tiene un buen seguro médico y, por tanto, está cubierta en el caso de que pudiera verse afectada. Ésa era nuestra máxima preocupación, no tener aquí personas de paso sin suficiente cobertura médica. Por eso recomendamos el regreso desde hace cuatros semanas y lo seguimos aconsejando a aquéllos que estén de paso y tengan previsto regresar pronto. Sobre todo si no están en situación de estabilidad en cuanto a su residencia o a su seguro médico.
-En caso de que se produzca la muerte de algún español por coronavirus y necesite ser expatriado, la embajada ayuda con la esa gestión? ¿Ha habido alguna defunción?
-Sí. Por razones de protección de datos no lo publicamos, pero ya hemos tenido algún caso de fallecidos y, por supuesto, ayudamos en todo lo que podemos con la gestión. Gracias a Dios han sido muy pocos casos, pero sí hemos tenido algunos y hemos podido ayudar con la repatriación de los restos en contacto con los familiares. Confiamos en que sea algo muy excepcional pero, por supuesto, estamos aquí para ayudar.
-Con una pandemia de esta magnitud, casi todos los países coinciden en lo mismo: no estaban preparados para afrontarla tan rápidamente. ¿Cómo se preparan para atender las necesidades presentes, pero también futuras?
-Habrá un antes y un después de esta pandemia. En cuanto al futuro, ya hemos empezado a ver algunas cosas en las que podemos mejorar y tal vez cambiar, pero sin duda ya hemos empezando por nuestra manera de actuar. Estamos trabajando con servicios mínimos, es decir, la Embajada y los Consulados permanecen abiertos, pero con un mecanismo de servicios mínimos para evitar contagios y que se produzca una situación en la que no pudiéramos atender a los españoles. Seguimos plenamente operativos atendiendo a las personas que se acercan y, sobre todo, a las que nos llaman o nos escriben. Es una manera distinta de trabajar.
-¿Cómo coordinan esa labor diaria?
-Hay muchos colectivos organizados, centros y asociaciones de españoles en EE UU. Y, para ello, son extraordinariamente útiles los consulados generales, que actúan dentro de sus demarcaciones, pero también nuestra red de vicecónsules honorarios, que actúan como catalizadores de información. Ocasionalmente nos reunimos por videoconferencia con la Consejera de Trabajo y con nuestros cónsules, con presidentes y representantes de unos 25 centros y asociaciones de todo el país. Hacen sus preguntas y nosotros les damos explicaciones, que a su vez transmiten a sus asociados. El viernes pasado tuvimos una reunión de dos horas y creo que fue muy útil. Estamos en contacto también con las asociaciones empresariales, con USEC, y con la de científicos, ECUSA. Intentamos hacer una labor de acercamiento a la comunidad, tanto uno a uno como a través de centros, asociaciones y grupos organizados.
-¿Qué mensaje les trasladan?
-Estamos haciendo un esfuerzo muy grande para llegar a todo el mundo y para que todo el mundo sepa que tiene una Embajada y nueve consulados generales por todo el país que están día y noche dispuestos a atenderlos. Nuestro teléfono de emergencia funciona las 24 horas precisamente para eso. Emergencias. Aprovecho para agradecer a todos los miembros del servicio exterior el esfuerzo que están realizando, que sé que lo hacen de todo corazón porque su misión y su voluntad es intentar ayudar en todo lo que podamos en esta crisis sin precedentes.
-¿Dónde están los nueve consulados generales y qué particularidades presentan cada uno de ellos, en un país tan grande y con tantas diferencias?
-Nuestros consulados generales están en Nueva York, Boston, Chicago, San Francisco, Los Ángeles, Houston, Miami, Puerto Rico y Washington. Hay unas comunidades más grandes de españoles, con cerca de 60.000 personas registradas, y otras más pequeñas. Pero, a pesar de las diferencias, puesto que no es lo mismo Montana que Nueva York, observamos que las preocupaciones de la comunidad española son muy parecidas y los problemas a los que se enfrentan también.
Es cierto que el país es muy grande y que las situaciones son distintas, pero el otro gran cambio que estamos notando en el trabajo diario de la Embajada es ese esfuerzo de coordinación. Nos reunimos todas las mañanas, el equipo de Cancillería, a las 9:30 am por videollamada y luego tres veces por semana (lunes, miércoles y viernes) con todos los consulados generales para intercambiar opiniones, comparar casos y asegurarnos que estamos transmitiendo, aunque el país sea muy grande, los mismos mensajes y las mismas respuestas. Y ese intercambio de información, con independencia de los contactos bilaterales que mantenemos para asuntos concretos, está resultando muy útil para coordinar nuestros esfuerzos.
-En mis años de corresponsal, no había escuchado a un presidente de EE UU mencionar tanto a España como Trump estos días en sus conferencias de prensa diarias. ¿Se están coordinando con su Administración o les han pedido consejo, sabiendo que España se ha visto tan afectada y va dos semanas por delante de EE UU con la pandemia?
-No diría que nos han pedido ayuda, pero sí hay una estrecha coordinación a todos los niveles, desde los ministeriales aquí en la Embajada de EE UU como con la Embajada en Madrid. Hay un contacto directo para intercambiar experiencias y solucionar problemas concretos. Debo decir que estoy muy satisfecho con la coordinación con la Administración de Trump, que efectivamente desde el mismo presidente hacia otros cargos por debajo han seguido con atención, y yo diría que con solidaridad y con cariño, lo que está ocurriendo en nuestro país. Quiero resaltar también que nos han llegado a nuestra Embajada muchas muestras de cariño y mensajes de ciudadanos de a pie y de instituciones en solidaridad con España. Estoy seguro de que se mira con preocupación lo que ocurre en Europa, pero también con afecto, simpatía y con sentimiento de solidaridad.
-De hecho, Trump mencionó que si España necesita ayuda, como mascarillas o ventiladores, se la ofrecerá si le sobra. ¿Se ha materializado esa ayuda?
-Hay procesos en marcha y, efectivamente, es difícil mantener el equilibrio entre las necesidades del propio país y, al mismo tiempo, una solidaridad internacional. Pero dicha solidaridad se está dando y confiamos en que se siga produciendo en el futuro.
-Imagino que son muchos los desafíos que tienen por delante con la una pandemia. En la era Trump de los mal llamados “fake news", ¿parte de esos desafíos incluyen la relación con los medios de comunicación?
-Sin duda alguna, creo que es muy importante. Tenemos una Oficina de Comunicación que, tanto con la responsable como con sus predecesores, realizan una magnífica labor de mantener contacto diario con los medios. Siempre estoy abierto porque sois el vehículo para informar, sois indispensables en una sociedad democrática. Creo que es muy bueno, por tanto, ese diálogo fluido entre los medios informativos y el Gobierno. Los medios juegan un papel fundamental en las sociedades democráticas y más en tiempos como éstos, en los que la desinformación puede ser realmente peligrosa.
-Esa manera de proceder se ha puesto en entredicho en las últimas semanas en España con la gestión de la crisis por parte del Gobierno, incluso también aquí en EE UU con Trump.
-Creo que se hace un esfuerzo. Es difícil en momentos de crisis, pero en España se está haciendo un gran esfuerzo por informar adecuadamente y con transparencia, que es muy importante. Y aquí, en EE UU, entiendo que funciona de la misma manera. Precisamente, algo que caracteriza a las sociedades libres y democráticas es la libertad de crítica y todos tenemos que entenderla y aceptarla. Siempre estoy abierto para responder a las preguntas de periodistas y, si no puedo responderlas, lo digo sinceramente. O no lo sé o no puedo responder.
-En su agenda de este mes tenía previsto recibir a los Reyes en Washington y el matrimonio Trump los había invitado a la Casa Blanca, pero se tuvo que cancelar por la amenaza del coronavirus. ¿Se sabe cuándo va a producirse ese encuentro?
-Es el deseo de ambas partes, que la visita oficial de los Reyes de España y el encuentro con el presidente Donald Trump y Melania Trump en la Casa Blanca pueda tener lugar lo antes posible. Hasta el último momento se albergó la esperanza de que pudiera realizarse en abril, pero al final no pudo ser por el coronavirus. Era lógico que se suspendiera. Se dio la explicación oportuna y ahora hay que confiar que la situación mejorará, tanto en Europa como en EE UU y que podamos volver a la normalidad.
-Trump confirmó que habló hace unos días por teléfono con el Rey Felipe VI y le trasladó su apoyo, que estaba muy pendiente de las necesidades que surgieran en España con respecto al coronavirus.
-Hay una voluntad común. Lo han puesto de manifiesto las autoridades estadounidenses y nosotros también, pero nadie se atreve a poner una nueva fecha para el encuentro. Ambas partes queremos que tenga lugar en cuanto se pueda. Retomaremos este proyecto lo antes posible y será, sin duda, una visita histórica y una oportunidad extraordinaria para reforzar nuestras relaciones bilaterales, que ya son muy buenas.
-Me consta que otra de las preguntas que más les trasladan los españoles es si podrán volar pronto. ¿Se sabe cuándo se reactivará el tráfico aéreo? Primero se habló de un mes o dos, pero ahora se comenta que podría ser más allá del verano…
-No lo podemos saber todavía, hay que confiar en que sea lo antes posible. Lo cierto es que hoy por hoy tenemos vuelos. Lamentablemente no son directos, pero tanto españoles como estadounidenses que lo necesiten siguen viajando a España, aunque con circunstancias muy excepcionales. No son vuelos directos, pero sí a través de las principales ciudades europeas.
-Y esas personas que viajan, ¿deben seguir algún protocolo?
-Aquí en EE UU, desde el decreto presidencial del 11 de marzo, la fórmula existente es que no pueden entrar en el país aquellas personas que en el período de 14 días anteriores a la pretendida entrada en el territorio norteamericano hayan estado en el espacio Schengen, Reino Unido o Irlanda. Es decir, no se impide la entrada ni por el origen del viajero ni por el lugar de origen del viaje, sino por el hecho de haber estado en ese período anterior en el territorio de alguno de esos 26 países europeos, incluyendo España.
-Entonces un español residente en EE UU, ¿puede viajar a España y regresar a EE UU en estos momentos sin problemas?
-Si es residente sí, porque las excepciones son para todos los residentes legales. Ahora bien, una persona que esté aquí de paso, un turista o un estudiante que no tenga residencia ni un visado, por ejemplo, hasta junio y quiera ir a España, ya no podría volver a entrar si ha estado en territorio Schengen. Otra de las preguntas que más nos hacen los españoles es si encontrarán dificultad para volver a España o si pueden hacerlo. La respuesta es que todo ciudadano español puede entrar en España sin problemas. Eso sí, allí tendrá que cumplir con la normativa española y, por supuesto, estar en casa. Les estamos explicando cuáles son las condiciones.
-Su responsabilidad como Embajador incluye muchas funciones, aunque imagino que algunas nuevas han llegado con esta pandemia. Ésta es una carrera diplomática pero, en su caso, ¿también vocacional?
-Sin duda. Como tantos otros trabajos, es vocacional. Y, hablando de vocación, no puedo dejar de expresar mi profunda admiración, en nombre de todos los españoles residentes en EE UU, a todo el personal médico y a todas las personas que está en primera línea en España ayudando a los demás. Desde aquí, aunque no podamos sumarnos a los aplausos de las 20h de la noche en los balcones españoles, nos sumamos virtualmente en nuestra redes sociales. Creo que no sólo son un reconocimiento a la extraordinaria labor que están realizando nuestros grandes profesionales, sino también un clamor de esperanza en el futuro.
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