Donald Trump
Los problemas de Donald Trump con el coronavirus
Acusa a los demócratas de magnificar la crisis y a la Prensa de manipular para generar una ola de pánico por el Covid-19
El Gobierno de EE UU está «trabajando muy duro» para contener el coronavirus. Palabra de Donald Trump, que de paso lamentó la velocidad con la que logró expandirse la enfermedad. De momento, hay más de cien casos confirmados en Estados Unidos. Seis de los pacientes han fallecido.
«Simplemente te demuestra lo que puede suceder. Hace seis semanas, hace ocho semanas, nadie había oído hablar de esto. De repente, el mundo está agitado. Pero las cosas saldrán bien», aseveró Trump sobre el coronavirus.
Pero sus palabras llegan en mitad de una tremenda crisis de confianza. No sólo porque durante años Donald Trump haya estado cerca del frente anti vacunas. Durante los últimos días ha dedicado buena parte de sus ruedas de prensa a acusar a la oposición de magnificar la crisis para atacarle y a la prensa de manipular a la opinión pública para generar un ola de pánico.
«Los demócratas me criticaron cuando cerré el país a China muchas semanas antes de lo que casi todos recomendaban», dijo, «lo que salvó muchas vidas».
«Trafican con miedo», añadió Donald Trump.
«Sabíamos que esto llegaría, desde enero», ha respondido Joe Biden, que habla de una Casa Blanca incapaz de planificar con tiempo, que desconfía de la comunidad científica y que ha dejado la gestión de la crisis en manos de un hombre, el vicepresidente Mike Pence, que hace apenas 15 años sostenía ufano que el tabaco no mataba más que el consumo de cafeína y votaba en contra de las leyes que trataban de limitar su consumo.
Trump, por su parte, no parece tener muy clara la naturaleza de una vacuna, ni el hecho de que las vacunas, una vez desarrolladas, necesitan pasar por varias fases de ensayos clínicos antes de ser accesibles a la población. De hecho, y aunque la vacuna podría estar lista, en una primera fase, en tiempo récord, lo más probable es que no llegue al mercado antes de un año o año y medio.
Polémica con los tests de coronavirus
El otro gran foco de controversia tiene que ver con el retraso de la administración pública para flexibilizar las condiciones que exigía a los laboratorios privados para que desarrollasen sus propios kits de análisis. Con la nueva normativa las autoridades sanitarias esperan aumentar la capacidad del sistema hasta el millón de tests semanales.
Un problema añadido tiene que ver con las particulares idiosincrasias de la legislación laboral de EE UU, donde al menos uno de cada cuatro trabajadores no tiene la baja médica pagada, así como con un sistema sanitario que puede cobrar miles de dólares a quienes sean testados de la enfermedad -no hablemos ya de recibir tratamiento- sin disponer de un seguro.
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