Coronavirus
“La rivalidad entre Estados Unidos y China se va a acelerar con esta crisis”
Nathalie Tocci, directora del Instituto de Asuntos Internacionales, en Italia, asegura que “hay una oportunidad real de que la UE salga mejor de esta crisis que en 2008”
Nathalie Tocci, directora del Instituto de Asuntos Internacionales, en Italia, y profesora honoraria de la Universidad de Tübingen, ha sido asesora de la jefa de la Diplomacia de la Unión Europea, Federica Mogherini, y fue la encargada de elaborar la estrategia global europea en el campo de la seguridad y la defensa. Previamente trabajó como investigadora en el Centro de Estudios de Política Europea (Bruselas), la Academia Transatlántica (Washington) y el Centro Robert Schuman de Estudios Avanzados, en Florencia. En esta entrevista con LA RAZÓN sugiere que la crisis de la pandemia puede abrir la puerta a una nueva fase donde el mundo puede girar hacia la cooperación y la salida conjunta de la crisis o hacia el aislamiento con tendencias autoritarias. “Todo está por ver”, nos dice.
La respuesta inicial de los estados ha sido la del “sálvese quien pueda”. Cada país parece estar haciendo la guerra por su lado. ¿Hay indicios que permitan anticipar un cambio de tendencia hacia una mayor cooperación?
El covid-19 está acelerando dinámicas que ya existían antes. Ya teníamos una rivalidad y conflicto entre EE UU y China y la pandemia está aumentado estas dinámicas. Si había un problema de gobernanza global y de multilaterialismo ahora se ha acelerado. Lo que parece claro es que para salir de esta crisis sanitaria y económica lo tendremos que hacer juntos. Lo dice el único estadista que tenemos ahora en el mundo, que es el Papa Francisco, y de una manera muy gráfica: estamos todos en el mismo barco. Los reflejos nacionales han dominado en los primeros momentos, y la competencia entre EE UU y China va a continuar. Pero creo que hay algunas señales a nivel global y sobre todo europeo que indican un inicio de coordinación. Los ministros de Finanzas del G20 han aprobado condonar la deuda de los países en desarrollo. Parece que estamos viendo el embrión de una coordinación global. A nivel internacional, si cambian las cosas solo lo veremos a partir de noviembre, tras las elecciones de EE UU. Está claro que con una segunda administración Trump va a ser muy difícil que cambie esta dinámica, que sigue siendo muy conflictiva. Con Joe Biden, en cambio, habría más posibilidades de resucitar el multilateralismo.
¿Y China, encaja mejor en ese modelo de multilateralismo que los EE UU de Trump?
China está intentando buscar su espacio geopolítico. Pero la cuestión no es tanto qué hace China sino EE UU. Si EE UU abdica, como lo está haciendo la administración actual, veremos qué pasa, teniendo en cuenta que al poder no le gusta el vacío, así que se va a llenar. Si existe una futura administración que quiere apropiarse del liderazgo global no estará sola. La era de la unipolaridad se acabó, pero sí hay posibilidad de compartir el poder en un sistema multipolar y reformar el actual multilateralismo con una distribución de poder entre distintas potencias. China está tratando de aprovecharse de esta situación, pero depende en buena medida de EEUU.
¿Puede haber un cambio de tendencia en el tipo de liderazgo y de gobiernos que puedan surgir a partir de esta crisis? ¿El populismo empezará a perder seguidores?
En el corto plazo, hay una reacción de agrupamiento en torno al líder, con una opinión pública desorientada y con miedo que se apoya en el líder, sea cual sea. Estamos viendo en muchos países un aumento de la popularidad del gobierno, no importa cuál sea su ideología. La popularidad de Trump en los sondeos está en el 50%, como no lo había estado antes. Conte, en Italia, con otro estilo muy diferente, ha subido al 71%. La gente quiere apoyarse en algo y lo hace en lo que tiene. Es en el largo plazo cuando veremos las diferencias, y cuando el liderazgo ganará peso. Puede ser de centroizquierda o de centroderecha, esa no será la clave, sino la firmeza y al mismo tiempo la empatía. Quizá sirva como ejemplo la Alemania de Merkel, una gobernante muy firme pero que dice las cosas como las ve, añadiendo empatía. No creo que se dé un liderazgo populista. Pero ahora es demasiado pronto para ver esa tendencia.
¿Los países que mejor están gestionado la crisis sanitaria pueden ser un anticipo de lo que vendrá?
Los países que están saliendo mejor de la crisis sanitaria son siete y están gobernados por mujeres. Son todos países democráticos, como Noruega, Nueva Zelanda, Taiwán, Finlandia, Alemania... No es una cuestión de género, de mujer o de hombre, no, es un reflejo de un sistema político más abierto. Es muy pronto para saber quién va a salir mejor parado. Podemos hacer un paralelismo histórico y entonces vemos que la crisis financiera de 2008 es como la Primera Guerra Mundial, mientras que la crisis de la pandemia es el equivalente a la Segunda Guerra Mundial. Entre medias se produjeron los excesos políticos que ya conocemos, como el surgimiento del fascismo. Y después de la Segunda Guerra Mundial surgió una verdadera fase de reconstrucción. Creo y espero que la fase política de aquí a un año será muy distinta a la que hemos visto en los últimos diez años, el periodo que hay entre las dos crisis.
Sarkozy dijo en 2008 que había que refundar el capitalismo. Nada de eso sucedió, obviamente.
La verdad es que no se hizo. Ahora que hemos tocado fondo, puede venir una fase reconstrucción. Lo que está claro es que si no hay una respuesta muy distinta a la de 2008, el impacto en la desigualdad será mucho peor, y no solo en el sentido económico, también de género, el impacto en las mujeres está siendo mayor.
La Unión Europea ha tardado en ofrecer ayuda a los países más afectados. ¿Ha estado a la altura de las circunstancias?
Mucha gente pronostica el fin de la globalización. Yo no lo creo, pero sí pienso que la globalización 2.0 va a ser distinta, más regionalizada. Y en este sentido, Europa, que es una región, representa un modelo. Está dando unos pasos importantes. Antes del Consejo Europeo de la semana pasada ya habíamos empezado a ver el inicio de una solución, sobre todo en el tema del Fondo de Reconstrucción. Sí que veo una oportunidad real de que la UE salga mejor de esta crisis en comparación con 2008. La UE no es la institución más rápida y eficaz de este mundo, pero se han tomado ya decisiones que hace un mes estaban más en el terreno de la fantasía. La mutualización de la deuda hoy nos parece imposible, pero no estoy segura de que todo esté decidido a ese respecto. El debate en Alemania sobre los eurobonos no es tan monolítico como parece, sino más bien un debate muy vivo y activo. Es importante tener la mente abierta porque las cosas se están moviendo muy rápido.
¿El Estado va a tener un protagonismo como lo tuvo en los años cincuenta durante la reconstrucción tras la guerra?
Vamos a ver un papel del Estado distinto. Una reconstrucción pasará necesariamente por un protagonismo del Estado, porque es el único que va a tener dinero. Puede ser como en los años 50, a la hora de movilizar una economía, o mediante un protagonismo que derive en más autoritarismo. En realidad, puede ser muchas cosas muy distintas. La sensación es que la fase hiperliberal que tuvimos, donde la crisis de 2008 fue una advertencia que no escuchamos, puede dejar paso a otra diferente. ¿Qué dirección va a tomar? No lo sabemos aún.
¿Cómo se ve desde Italia la gestión del gobierno español
Estamos en el mismo barco, España vive lo que Italia con una semana de retraso, pero seguimos casi el mismo camino. Hay mucho sentido de solidaridad y visión conjunta entre ambos países. España es un aliado y estamos muy cerca.
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