Donald Trump

Trump prepara su venganza contra Twitter

Asegura que “regulará” o “cerrará” las plataformas digitales tras ser acusado de difundir bulos

Donald Trump, Melania Trump
Donald Trump y su mujer Melania Trump se dirigen al Air Force One para asistir a una demostración en el centro espacial KennedySusan WalshAP

Estados Unidos se despertó ayer con una brutal pugna entre el presidente de EE UU, Donald Trump, y la empresa Twitter, que había colocado una alerta de bulo junto a los tuits donde el primero volvía a denunciar el supuesto fraude en el voto por correo durante las elecciones presidenciales de 2016. Hace años que Trump cuestiona la limpieza de los comicios en EE UU. Habla de pucherazos sin ningún tipo de pruebas. Sin rastro de evidencias. Sin acudir a los tribunales ni aportar más que su intuición. Por su lado Twitter, igual que otros gigantes de Silicon Valley, ha sido repetidamente acusado de aparente desidia ante los intentos de desestabilizar el sistema democrático estadounidense por parte de los servicios secretos rusos.

Para redimirse, o bien para salvar la cara según según acusan sus críticos, en verano de 2019 Twitter anunciaba que etiquetaría y incluso suprimiría los tweets políticos sospechosos de propagar bulos. Ante el etiquetado de sus propios tuits el presidente ha amenazado con regular las plataformas. Muchos han traducido regular por censurar.

Guerra a las plataformas

En opinión de Trump «los republicanos sienten que las plataformas de redes sociales silencian totalmente las voces conservadoras». A continuación prometió que las «regularemos fuertemente, o cerraremos, antes de permitir que esto suceda». De forma críptica añadía que «vimos lo que intentaron hacer, y fallaron, 2016. No podemos permitir que vuelva a ocurrir de forma más sofisticada». Poco más tarde escribe: «Twitter ahora ha demostrado que todo lo que hemos estado diciendo sobre ellos (y sus otros compatriotas) es correcto. Seguirá una gran acción!».

Por supuesto ésta no fue sino una más de todas las trifulcas en las que a lo largo del día se metió en Twitter, su canal de comunicación favorito, donde cuenta con más de 80 millones de seguidores. Justo antes de disparar contra la empresa escribió que «los Medios Vagos de la Izquierda Radical, junto a sus socios, los Demócratas que No Hacen Nada, están tratando de difundir una nueva narrativa de que el presidente Trump reaccionó despacio al covid-19. No es cierto, fui muy rápido, incluso hice la prohibición de [los viajes desde] China mucho antes que nadie pensó necesario!».

También aprovechó para repetir que el presentador de CNN, y ex senador republicano entre 1995 y 2001, Joe Scarborough, habría sido cómplice de un asesinato. «El psicópata Joe Scarborough», escribió, «está desconcertado, no solo por sus malos índices de audiencia, sino por todas las cosas y los hechos que están apareciendo sobre la apertura de un caso sin resolver. ¡Él sabe lo que está pasando!».

Nada nuevo

Nada nuevo, por otro lado: ya durante la campaña de 2016 insinuó que Rafael Cruz, padre de uno de sus rivales, el senador republicano por Texas Ted Cruz, habría tenido algo que ver con Oswald, asesino de John Fitzgerald Kennedy: «Su padre estaba con Lee Harvey Oswald antes de que Oswald fuera, ya sabes, tiroteado», dijo entrevistado por Fox, «Quiero decir, todo esto es ridículo. ¿Estuvo ahí y nadie lo menciona? Ni siquiera hablan de ello. Fue reportado y nadie habla de eso. Pero creo que es horrible. ¿Qué estaba haciendo con Lee Harvey Oswald poco antes de la muerte, antes del tiroteo? Es horrible».

Trump se hacía eco de una noticia publicada por el tabloide “The Enquirer”, cuyo dueño, David Pecker, fue acusado de comprar el silencio de las mujeres que en 2016 amenazaban con airear sus aventuras con el presidente. El “National Enquirer” también publicó la exclusiva del romance extramatrimonial, desnudos y mensajes íntimos incluidos, de Jeff Bezos, propietario de Amazon y “The Washington Post”, uno de los medios más críticos con la gestión gubernamental de Trump. La noticia de su romance acabó por costarle a Bezos el mayor divorcio de todos los tiempos.

Campaña contra el heredero saudí

Meses después se relacionó el intento de desacreditar al magnate con el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman. Se da la circunstancia de que el príncipe ha sido relacionado, en tanto que presunto autor intelectual, con el asesinato del columnista del Washington Post Jamal Khashoggi, exiliado del reino alauí en 2017 y desaparecido en el consulado de Arabia Saudí en Estambul en octubre de 2018.

Respecto a las menciones al magnicidio de 1963, los Cruz y Oswald, la portavoz del candidato Cruz, Catherine Frazier, respondió entonces que «los comentarios falsos, baratos y sin sentido que Trump hace casi a diario indican su desesperación por llamar la atención y su disposición a decir lo que sea lograrlo. Estamos haciendo campaña hablando de empleos, libertad y seguridad, mientras que Trump hace campaña con basura falsa de los tabloides».

Cuatro años más tarde y en mitad de la mayor tragedia económica y sanitaria sufrida por EE UU desde los tiempos de la gripe española y la Gran Depresión, el hoy presidente, Trump, no desaprovecha la ocasión para enzarzarse en mil peleas. A sus amenazas contra Twitter, a las insinuaciones sobre Scarborough, y sólo en las últimas 24 horas, añadió menciones a un supuesto Obamagate que «hace que el Watergate parezca insignificante». Claro que los amagos de amordazar las redes sociales parecen ir un paso más allá.