Irán

Asesinado a tiros el “padre” del programa nuclear del régimen de los ayatolás

Israel puso a Mohsen Fakhrizadeh en el punto de mira por su participación en la estrategia para convertise en una potencia atómica

El asesinato de Fakhrizadeh se produjo en un área cercana al monte Damavand, conocida por las villas de lujo propiedad de la elite iraní.
El asesinato de Fakhrizadeh se produjo en un área cercana al monte Damavand, conocida por las villas de lujo propiedad de la elite iraní.WANA NEWS AGENCYVIA REUTERS

Bombazo en Teherán con secuelas que podrían hacer tambalear Oriente Medio. Este viernes por la tarde se difundió un vídeo sobre la explosión de un automóvil en una localidad al este de la capital iraní. A bordo viajabaMohsen Fakhridazadeh, científico jefe del proyecto de armamento nuclear, conocido en círculos de Occidente como “el padre de la bomba iraní”. “El coche sufrió una explosión y varios disparos que mataron al científico y a su acompañante.

Testigos describieron a tres o cuatro individuos, probablemente terroristas, que fueron asesinados en el lugar”, informó la agencia Fars News. Y concluyó en su teletipo: “Desafortunadamente, el equipo médico no logró reavivarlo. Tras años de lucha y esfuerzo, alcanzó el máximo nivel de martirio”. Inmediatamente todos los focos se centraron en el Mossad, que ya habría intentado asesinarlo en 2018.

Cuando hace dos años la inteligencia exterior israelí sustrajo de un almacén en Teherán cuantiosa y detallada información acerca de los planes de desarrollo nuclear de su gran enemigo, el premier Benjamín Netanyahu ya lo anticipó: “Recuerden ese nombre, Fakhrizadeh”. Y en sus habituales videoresúmenes semanales, “Bibi” advirtió hoy mientras repasaba sus “logros” que se trata de “una lista parcial, no os lo puedo explicar todo”.

En el trasfondo, un claro mensaje a tres bandas: Donald Trump, Benjamín Netanyahu y el príncipe heredero saudí Mohamad Bin Salmán apostaron por tensionar la toma de posesión del próximo presidente Joe Biden, ante las cábalas sobre un posible reingreso al pacto nuclear con Irán firmado en 2015 y del que Trump se retiró. La escena del ataque en Absard, con la sangre del científico todavía caliente sobre el asfalto e imágenes de un Nissan Sedan asesinado a balazos, fue aireada en la televisión y medios nacionales. Al parecer, tras el estallido del vehículo, llegó otro coche del que bajaron varios tipos armados y dispararon a quemarropa a Fakhrizadeh.

El asesinato se produjo en un área cercana al monte Damavand, conocida por las villas de lujo propiedad de la elite iraní. Un escenario aislado e ideal para los perpetradores, ya que encima las carreteras estaban más vacías de lo habitual por las restricciones impuestas por el coronavirus. Desde el canal 12 israelí informaron que el científico se movía siempre con guardaespaldas armados, incluso durante el ataque de ayer. También se especuló que la inteligencia hebrea evitó matarlo en 2018 para darle más margen de actuación y comprobar sus capacidades.

Desde las altas esferas en Irán se apuntó de inmediato al “enemigo sionista”. El propio ministro de exteriores, Mohammad Javad Zarif, aseguró en su cuenta de twitter que “esta cobardía, con serias pruebas de la autoría israelí, demuestran el deseo de guerra de los perpetradores. Irán pide a la comunidad internacional, especialmente a la UE, que terminen con los vergonzosos dobles estándares y condenen este acto de terrorismo de estado”.

Hossein Dehghan, asesor militar del líder supremo Ali Khamenei, clamó venganza: “¡Haremos que los asesinos de este mártir oprimido se arrepientan de sus actos!”. Del mismo modo que en los ataques selectivos sobre científicos iraníes que llevan produciéndose en los últimos diez años, desde Israel no se hizo ningún comentario oficial al respecto. El mismo silenció se trasladó a Washington, donde una fuente oficial bajo anonimato comentó que la Casa Blanca estaba siguiendo de cerca el asesinato, y que “supondría un gran negocio”.

Esta semana, el corresponsal diplomático Barak Ravid publicó una exclusiva asegurando que el ejército israelí estaba preparándose para un hipotético ataque final de Trump sobre Irán. No se ofrecieron detalles, pero la información destacaba los presentimientos de oficiales israelíes sobre que las últimas semanas del republicano en la Casa Blanca “serán un periodo muy sensible”. Poco después del bombazo, el propio Trump retuiteó reportes israelíes sobre la noticia, en que se destacaba que la muerte del responsable del plan militar secreto “supone un gran estallido psicológico para Irán”.

En enero de este mismo año fue asesinado Qassem Soleimani, el comandante en jefe de las Fuerzas Quds iraníes, en un ataque con drones estadounidenses en el aeropuerto de Bagdad. Entonces, fue un incidente que hizo temer una guerra a gran escala entre EE.UU e Irán. Ahora, las consecuencias son impredecibles. Si bien la autoría de la muerte de Fakhrizadeh no se revelará oficialmente, expertos de inteligencia apuntaban que era razonablemente asumible que el Mossad tarde o temprano lo aniquilaría, dado que muchos de sus estrechos ayudantes corrieron la misma suerte.